METAMORFOS, TERIANTROPOS Y SHAPESHIFTERS: ENFERMEDADES, EXPERIMENTOS, ENCANTAMIENTOS Y MALDICIONES CINEMATOGRÁFICAS


 Cortesía de El Cinescopio 
DR. VIJAY ALEZALS 
La vida es mística, solo que 
estamos acostumbrados a ella. 
El propio catolicismo es una 
religión tan mística que incluso 
las tribus más primitivas pueden 
convertirse a ella… Los estigmas, 
la vida tras la muerte, el día 
del juicio, el cielo y el infierno, 
todo es tan increíble y a la vez 
tan corriente… 
Dialogo extraído de Wolf 
Dirigida por Mike Nichols 

Cuando me propuse escribir este pequeño compendio nunca imaginé lo ampliamente desarrollado que está el tema de los shapeshifters (cambia formas) en la red. Basta la más sencilla búsqueda en google para tener acceso a multitud de leyendas, mitologías, folklorismos y literatura -cuentos de hadas, fábulas, ciencia ficción, horror, terror, romance-. Historias que nos hablan de personas que se transforman en animales o de animales que se transforman en personas: tiburones en varias islas del Pacífico Sur; tigres en la India; osos en el Norte de Europa; zorros en Japón; leopardos y leones en África, jaguares en Sudamérica y pare usted de contar. Una relación que parece estar determinada por el animal más importante del hábitat donde fueron fundados los primeros pueblos y posteriormente las ciudades de donde provienen cada una de las historias. 

Es un hecho que desde tiempos inmemoriales los shapeshifter han estado en el imaginario de nuestra raza, podemos encontrar referencias a ellos en algunas de las formas de expresión más antiguas de la humanidad, desde los dibujos hallados en diferentes cavernas, a las representaciones de Dioses o Deidades como Ra- Horus (cabeza de halcón/águila y cuerpo de hombre), Sobek (cabeza de cocodrilo y cuerpo de hombre), Anubis (cabeza de chacal y cuerpo de hombre), etc. en la cultura egipcia. 

También en la mitología griega, donde es frecuente observar a personajes como Zeus cambiar su forma física voluntariamente, con propósitos que van desde lo puramente sexual –usurpando la identidad de algún mortal para reproducirse con su mujer- hasta la resolución de alguna vendetta –en el caso de utilizar sus poderes divinos para hacer cambiar la forma a algún enemigo-. Otros seres mitológicos mitad humanos, mitad animal que vienen a mi mente mientras tipeo estas palabras podrían ser los centauros, las sirenas, el minotauro, etc.

Interesantes historias que eventualmente, permearon al universo cinematográfico. 

En 1920 John S. Robertson dirige el Dr. Jekyll y Mr. Hide basado en el libro de Robert Louis Stevenson, y con guión de Clara Beranger, la historia de un hombre, el Dr. Jekyll, que se obsesiona con encontrar una manera de separar el bien del mal en la personalidad del ser humano; algo que consigue a través de una poción que prueba consigo mismo, y que lo llevara a experimentar una metamorfosis de cuerpo y personalidad que le convierte en Mr. Hide. Un personaje ruin, libre de conciencia y de moral, capaz de seguir sus más oscuros impulsos. Un lado oscuro que poco a poco se terminará apoderando de él por completo. 

Un concepto argumental que posee en si mismo la línea temática que definirá transversalmente a todas las películas de este subgénero: la dicotomía entre el bien y el mal AKA la racionalidad VS. la irracionalidad; en un mismo sujeto. 

En 1935 hace su aparición cinematográfica, en un largometraje, el licántropo. Sin duda el shapeshifter del que más se han filmado películas en lo que va de historia de cine. La película en cuestión recibe el nombre de The Wherewolf of London y está dirigida por Stuart Walter, con guión de John Colton. Narra la historia del Dr. Glendon, un botánico, que en la búsqueda de la Mariphasa lupina lumina -una extraña planta que sólo habita en las montañas tibetanas y que toma su energía de la luz de la luna- es atacado salvajemente por un hombre lobo. 

Esta película, cuenta con varios aspectos que la hacen interesante dentro del universo del hombre lobo. En primer lugar se establece por primera vez que la luna llena es la que impulsa la transformación del hombre a licántropo, una enfermedad para que la Mariphasa lupina lumina es un antídoto efectivo –algo curioso y que no se repetirá en ninguna otra película de hombre lobo-. También, mediante un libro que lee el Dr. Glendon en algún momento de la trama, se nos permite saber que la transformación se sucederá entre las 9 y las 10 en la noche de luna llena. 

En esta versión resulta llamativo apreciar que aún no está delineado el espíritu de irracionalidad animal tan característico al licántropo en la mayoría de las películas posteriores, a diferencia de esto, el hombre lobo se mueve metódicamente entre las sombras de la noche, una característica que le hace muy cercano al Mr. Hyde ideado por Stevenson y recreado en la película de Robertson, -y luego en 1931 en la versión de Rouben Mamoulian-. Otra curiosidad de este licántropo es que tiene poderes telequinéticos –o una especie de sexto sentido- que le permite ver otros espacios, conectándose con las personas con las que tiene un lazo afectivo. 

En 1941 se estrena The Wolf Man una de las películas más famosas del subgénero de hombres lobos. La película fue escrita por Curt Siodmak, dirigida por George Waggner y protagonizada por Long Chaney Jr. –el hijo de uno de los mejores, más polifacéticos, arriesgados e interesantes actores de los 20 y los 30- quien se encarga de personificar al atormentado Larry Talbot. 

Todos los acontecimientos se suceden en medio de tétricos decorados, llenos de sombras y marcados contrastes entre la luz y la oscuridad, cubiertos por una profusa y constante neblina. En ese contexto escuchamos a varios personajes recitar lo siguiente: 

Incluso un hombre de corazón puro 
que diga sus oraciones en la noche 
puede convertirse en hombre lobo 
cuando el acónito florezca y la 
luna de otoño brille. 

En esta película, Maleva, una vieja gitana, la madre de Bela Lugosi –quien interpreta al licántropo que le da la mordida infecciosa a Larry Talbot-, establece por primera vez que el hombre lobo es vulnerable a la plata. 

MALEVA 
Un hombre lobo solo puede ser 
asesinado con una bala de plata, 
con un cuchillo de plata o con 
una bastón con una manillera de 
plata. 

Y también establece que el pentagrama es un símbolo protector efectivo en contra de la maldición del hombre lobo. 

Un año más tarde en 1942 se estrena The Undying monster dirigida por John Brahm y escrita por Lillie Hayward y Michael Jacoby. Aquí el hombre lobo y la luna no tienen nada que ver el uno con la otra, la transformación está más bien ligada a las noches heladas de una época específica del año. 

En esta película se relaciona por primera vez a la licantropía con una enfermedad hereditaria, que en este caso afecta sólo a los hombres de la familia Hammond, como consecuencia de que uno de sus ancestros le vendiera el alma al diablo. Por primera vez también se nos da una interesante visión de lo que se siente psicológica y físicamente al estar transformado en un hombre lobo: 

SR. OLIVER HAMMOND 
…De pronto sentí que algo nos 
acosaba por todas partes Kate 
gritó y tiró el farol, luego 
me atacó y fue como una 
explosión de una caldera, 
pero no era caliente era, era… 

Le dan un sorbo de agua 

Simplemente horrible, Kate volvió 
a gritar, y yo estaba luchando en 
una oscuridad que se volvió roja, 
hasta que una llamarada la partió 
y la hizo desaparecer, eso debe 
ser cuando me golpeé la cabeza… 

A pesar de que en efecto hay un hombre lobo en la cinta, el argumento se centra más bien en la investigación de una agresión que termina en asesinato. Algo a resaltar sobre este hecho es que aquí la víctima del hombre lobo muere de una concusión cerebral y no de un desmembramiento o de mordidas de un ataque animal, a diferencia de todas las víctimas habituales de un licántropo en la historia del cine. 

En 1942 se estrena The Cat People una película dirigida por uno de los directores de género más interesantes de aquellos años: Jacques Tourneur, con guión de Dewitt Bodeen. La primera particularidad de esta película es que gira en torno a un personaje femenino -una diferencia radical con el resto de las películas de monstruos de la época- la enigmática y atormentada Irena Dubrovna, interpretada por Simone Simon, la descendiente de una villa serbia en la cual los habitantes dieron la espalda a Dios para dedicarse a hacer brujería y adorar al demonio. 

En esta cinta el detonante de las transformaciones son las pasiones mundanas, el deseo sexual, los celos. Lo que le niega al personaje femenino toda posibilidad de demostrar su emocionalidad y su sexualidad, ya que todo tipo de pasión la lleva a ponerse en contacto con su lado animal –por supuesto un lado monstruoso-. A pesar de la temática, es una película alejada de efectismos de cualquier tipo, ya que sólo se nos sugiere la existencia de esta mujer pantera, a través de sombras y del uso del sonido. Esto hasta casi el final de la cinta cuando finalmente llegamos a ver una transformación de Irena en pantera. 

En 1959 se estrena The Wasp Woman dirigida por Roger Corman, con guión de Leo Gordon. La historia de Janice Starling, la dueña y fundadora una compañía de cosméticos, que no acepta su envejecimiento –y con el la posibilidad de caer en la quiebra y perder su empresa- y que decide probar en si misma una formula experimental hecha de un derivado de las encimas de la jalea real de una abeja reina, en la búsqueda de su rejuvenecimiento.

MR. ARTHUR COOPER 
Si yo fuera usted me mantendría 
alejado de las avispas Ms. Starling, 
socialmente la reina avispa está 
al mismo nivel que la viuda negra. 
Las dos son carnívoras, paralizan 
a sus víctimas y se toman el tiempo para devorarlas en vida… 

Poco a poco el compuesto químico hace que Janice Starling luzca unos 20 años más joven, pero los efectos secundarios de las encimas la llevarán a convertirse en una violenta mujer avispa. 

En 1966 la Hammer Films estrena The Reptile dirigida por John Gilling y escrita por Anthony Hinds. La historia gira alrededor de Harry George Spalding, que tras la misteriosa muerte de su hermano se convierte en el heredero de una casa en Clagmoor Heath, una villa inglesa, en la que ocurren un grupo de muertes inexplicables. 

Aquí el shapeshifter es Anna Franklyn –interpretado por la atractiva y enigmática Jacqueline Pearce-, la hija de un investigador de religiones primitivas, que descubre en Borneo la pista de una sociedad secreta llamada la gente serpiente. Una secta de las que muy pocos conocen, pero con la cual el Dr. Franklyn se obsesiona hasta develar todos sus secretos. Al verse expuestos, y como venganza, la gente serpiente secuestra a su hija Anna y la transforman en uno de ellos. Una mujer que cada noche se transforma en reptil y que ataca a todos aquellos que estén cerca de ella, asesinándolos con un veneno mortal que sale de dos prominentes colmillos. 

Un personaje particularmente interesante y que resalta dentro del casting y en la trama, es el representante de la gente serpiente, interpretado sobriamente por el actor Marne Maitland. Un hombre misterioso y despiadado que se encarga constantemente de atormentar al Dr. Franklin y a Anna. 

Un hecho curioso de esta película son las estrechas relaciones que guarda con The Plague of the Zombies -otra cinta de la Hammer-, ya que ambas son dirigidas por el mismo director John Gilling, tienen a la actriz Jacqueline Pearce interpretando un rol principal en cada una de las dos películas, e incluso comparten algunos de los mismos tétricos sets de filmación.

Algunas décadas más adelante en 1981 John Landis escribe y filma posiblemente la mejor película filmada en el marco de este subgénero: An American werewolf in london. La historia de dos jóvenes norteamericanos que son atacados en Inglaterra por un hombre lobo. 

Lo primero que rescataría de esta cinta es que logra captar verdaderamente el espíritu «pop» de la década en la que fue realizada, hablo del tipo de diálogos, de la manera en la que los personajes se relacionan incluso con las situaciones más extremas, siempre con mucho desenfado y con grandes dosis de sentido del humor. 

En una de las primeras escenas, en el hospital, el fantasma de Jack -quien resultara asesinado por el hombre lobo-, completamente destrozado por el ataque, se le aparece a David y le cuenta -con una pasmosa naturalidad y con un delirante y muy macabro sentido del humor-, acerca de su entierro, de cómo la chica de la que estaba enamorado en vida busco consuelo en los brazos de otro hombre, para luego, con las misma naturalidad contarle lo que ocurrió verdaderamente aquella noche y de sus consecuencias. 

JACK 
…fuimos atacados por un 
licántropo, un hombre lobo, 
yo fui asesinado, mi muerte 
no fue natural y ahora camino 
la tierra en el limbo hasta 
que se termine la maldición 
del hombre lobo. 

DAVID 
Cállate. 

JACK Su descendencia debe acabar. 
El último hombre lobo debe ser 
destruido, y eres tú David. 

DAVID 
¿Qué? 
 
JACK 
Por favor créeme vas a matar gente. 

DAVID 
¡Enfermera!, ¡enfermera! 

JACK
Escúchame, lo sobrenatural, 
el poder de la oscuridad, todo es verdad. 

Creo que una de las cosas que me resulta más interesante del guión es escuchar a los personajes de la película citar en varias ocasiones, al universo creado en la película de The Wolf Man dirigida por George Waggner, lo que sin duda funciona para afianzar la verosimilitud de los acontecimientos que se suceden dentro del film. 

No se puede hablar de esta película sin mencionar la secuencia de transformación de David Kessler en hombre lobo, ya que es posiblemente la mejor transformación a licántropo filmada en la historia del cine, hecha por el equipo de maquillaje y efectos especiales Rick Baker -lo que en efecto les valió un Oscar en la categoría de Efectos Especiales en 1982-, una secuencia sin duda memorable y digna de ser apreciada aun hoy, a unas cuantas décadas después de haber sido realizada. 

Creo que otro de los logros del film, y que le proporciona una aplastante naturalidad, es la de sacar al hombre lobo de los estudios a los que había estado ligado habitualmente. En esta película vemos al licántropo atacar a sus víctimas en escenarios reales de los suburbios londinenses, en los muelles, en el metro –una secuencia antológica por cierto-, en un cine y en el mismísimo centro de Piccadilly Circus. Tampoco se puede hablar de esta película sin mencionar la irreverente banda sonora en la cual resaltan las diferentes versiones de “Blue moon” la famosa canción escrita en 1934 por Richard Roger y Lorenz Hart. 

Sin dudas una película altamente recomendable para todos aquellos amantes de este subgénero. 

No puedo terminar en este pequeño compendio sin mencionar La Belle et la Bete (1946) impecablemente dirigida por Jean Cocteau, la archiconocida historia de amor entre una mujer y una bestia, que es en realidad un hombre encantado. The Fly (1958) de Kurt Newman, la historia de un científico que al realizar un experimento se fusiona genéticamente con una mosca (una película que será versionada con muy buenos resultados en la década de los 80 por el director canadiense David Cronemberg). The alligator people (1959) Dirigida por Roy Del Ruth. La historia de una mujer sin pasado y de un hombre que al recibir un tratamiento científico experimental con hormonas de reptil es convertido en un híbrido mitad hombre y mitad lagarto. The curse of the werewolf (1961) dirigida por Terence Fisher, donde por primera vez se ve la manifestación de la licantropía en un niño. La furia del hombre lobo (1971) dirigida por José María Zabalza. Una película que muchos consideran de culto por estar protagonizada por el polifacético Paul Naschy. La lupa mannara (1976) dirigida por Rino Di Silvestre, la historia –abiertamente de sexploitation (explotación sexual)- de una mujer que tiene pesadillas recurrentes en la que se convierte en una mujer lobo despiadada y asesina. The howling (1981) dirigida por Joe Dante, la historia de una mujer que descubre una sociedad secreta de licántropos capaces de transformarse en hombres –y mujeres- lobos a voluntad. The company of wolves (1984) dirigida por Neil Jordan, la historia de una chica que sueña que es la caperucita roja, pero enfrentada a una manada de hombres lobos. Ladyhawke (1985) dirigida por Richard Donner. La historia de dos amantes condenados a ser Águila de día y lobo de noche, sin nunca poder estar juntos en forma humana. The seventh stream (2001) dirigida por John Gray, la historia de amor de una Selkie –una foca que se convierte en mujer- y un pescador. Hulk (2003) dirigida por Ang Lee, la historia de Bruce Banner un hombre que luego de ser afectado por radiación se transforma en un hombre verde, súper poderoso y lleno de ira. The wolfman dirigida por Joe Johnston, posiblemente la mejor versión en la que se narra la historia de la familia Talbot. 

Bueno y hasta aquí alcanzan mis conocimientos sobre el tema, seguramente habrán muchos más títulos de este subgénero que aún me falta por descubrir, conocer y estudiar. Lo que es cierto, y que puedo afirmar como espectador cinematográfico, antes de terminar estas palabras, es que siempre será interesante observar argumentos en los que se muestre el encuentro –o más bien el desencuentro- de la racionalidad humana; esa que establece, predetermina y delimita nuestro comportamiento a través de reglas sociales, morales y teológicas; con el lado más oscuro, primitivo, irracional y salvaje de nuestra olvidada naturaleza animal. 

Autor: 
Sergio Marcano 

Licenciado en Artes, Mención Cinematografía, de la Universidad Central de Venezuela UCV y egresado de la cátedra de edición de la Escuela Internacional de Cine y Televisión EICTV de San Antonio de los Baños, Cuba. Su experiencia en cine y televisión abarca la escritura de guión, dirección y edición de documentales y ficción.

Fuente: 
Año 2010
Licencia Creative Commons
(CC-BY-NC-ND 3.0 ES)


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