Donde la palabra carece de sentido


Del cine tradicional se apoderó un terror al vacío: que no ocurra nada frente a cámara, que nadie hable en escena. Abundan los filmes parlanchines y de acción. Personajes acontecidos que hablan mucho sobre lo que les acontece. Estamos tan ansiosos de «contar(nos)»; que pareciera que hemos olvidado que el cine es la extraña pero fantástica unión, de imágenes y sonido. Lo que no implica, siempre y porque sí, acciones y palabras.
Pero existe otro cine. Uno poblado de seres a los que poco les pasa y que han perdido la capacidad de expresarse. Un cine donde la palabra carece de sentido, pues es sólo comentario; donde nuestras acciones no impactan, más allá de nuestra desvanecida subjetividad. Ese cine observa con distancia a sus personajes, imposibilitado de penetrar en sus pensamientos y nos muestra un mundo desolado. Por eso es un cine que no le teme al vacío: al vacío del espacio, donde nada se acciona; ni al vacío que produce el silencio. Es un cine desolado, deshabitado. Como son las ciudades, cuando las observamos con detenimiento. 
En ese otro cine se inscribe el filme de Lorenzo Vigas. Una cotidiana historia entre un hombre solterón, incapaz de relacionarse con el exterior más allá de la contemplación; y un joven deseoso de ser visto y quizá hasta de ser amado. Y desde esa contemplación de su protagonista, Vigas construye el relato con base en ausencias. Una cámara casi siempre frontal y fija, que rehuye del primer plano; diálogos mínimos, como si no hubiese la posibilidad de explicar nada; ausencia del personaje en cuadro, dejándonos en el espacio que una vez ocupó; falta total de música extradiegética y un uso parco de los recursos de montaje: corte franco y directo. Esta parquedad también tiene su expresión en la narración. Poco sabemos del pasado de Armando y Elder; y nada importan sus futuros. Asistimos tan sólo a los pocos momentos del (des)encuentro entre ambos. Es, como su título indica, una mirada desde allá. Desde las afueras de la acción; afuera de los personajes que poco hacen, porque dejan que la vida les haga; más allá de las palabras, que han perdido sentido. 
Pero contradictoriamente, la poca intervención del director, que está situado allá y desde allá es que mira a esos seres, a esa ciudad, y a esa extraña forma de relacionarnos que algunos seres tenemos; se hace una intervención potente, una presencia constante, como el mirón que está detrás de la puerta, aunque nosotros no lo sepamos. Mientras sus personajes desaparecen y cumplen el sueño de varios personajes literarios; Vigas le grita al espectador: «Aquí estoy», «Soy el mirón que todos quieren ser». «Soy el escritor que se esconde detrás de Bernardo Soares, Rosario Girondo, o el desnombrado K». 
Sin embargo, una se alegra de ver propuestas como ésta, arriesgadas. Pero también se preocupa al ver que la fórmula se repite cada vez más. Y así como estamos saturados de los manidos códigos del cine tradicional; quizá pronto se nos haga cansino ver como este otro cine va repitiéndose, más allá de sus autores y procedencias. 
Nota al pie 
No me dejan de asombrar, los títulos internacionales del filme: Caracas, eine Liebe (Caracas, un amor en alemán), o Les amants de Caracas (Los amantes de Caracas en francés), o Ti Guardo (Te miro en italiano, quizá el más cercano al título original). No porque la historia no tenga un «amor» entre sus redes; o porque no esté presente la relación homosexual entre los protagonistas; sino más bien, por la comercialización internacional que de nuestras obras premiadas en los últimos años se ha hecho. Cuando veo estos títulos y recuerdo que Azul y no tan rosa (Miguel Ferrari) se llama en inglés My straight son (Mi hijo heterosexual, algo que contradice totalmente lo que para esta servidora es el espíritu del filme); me entra una urticaria al pensar que desde allá anden pensando, que «al fin» hemos salido del clóset de la moralidad y las moralinas. Cuando nuestra cinematografía, con excepciones que siempre confirmarán la regla, ha abordado éste y otros temas, con honestidad y un alma descarnada. Como homenaje, sólo voy a citar a Walerstein. 
Ficha técnica 
Desde allá, Lorenzo Vigas, Venezuela-México, 2015. Guión: Lorenzo Vigas; basado en una historia de Lorenzo Vigas y Guillermo Arriaga; Producción Ejecutiva: Edgar Ramírez, Gabriel Ripstein; Producción: Lorenzo Vigas, Guillermo Arriaga, Rodolfo Cova, Michel Franco; Dirección de Fotografía: Sergio Armstrong; Edición: Isabela Monteiro de Castro; Actúan: Alfredo Castro y Luis Silva. Sobre el director. Vigas nació en Mérida (Venezuela) en 1967. Es hijo del pinto pintor Oswaldo Vigas. Se graduó de biología molecular en los Estados Unidos, y fue solo cuando iba a cumplir 30 años que decidió estudiar cine en la Universidad de Nueva York. Trabajó en Bolívar Films, Cinesa y en México; haciendo documentales y cuñas de publicidad, hasta que dirigió su primer corto Los elefantes nunca olvidan, que fue presentado en Cannes en 2004. También dirigió el documental El Vendedor de Orquídeas, aún por estrenar.

Autora:
PATRICIA KAISER

guionkaiser@gmail.com 
elojodelpezglobo.blogspot.com

Docente, investigadora y crítico audiovisual. Especialista en Gestión y Desarrollo de Proyectos y Emprendimientos Audiovisuales. Como gerente cutural ha trabajado en la Cinemateca Nacional, Amazonia Films, CNAC y Villa del Cine. Actualmente es docente en UNEARTE.

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La Mirada de HAL es un espacio de opinión sobre cine. Iribarren Films, como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, ofrece este medio para el planteamiento y la discusión de ideas con relación al séptimo arte. Sin embargo, las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad únicamente del autor.

MUESTRA REGIONAL DE CINE GUARO


  La Red Estadal Popular de Cine y Audiovisual de Lara con el apoyo del Gabinete de Cultura del Estado Lara a través de su plataforma de Cine y Audiovisual organiza la primera edición de la Muestra Regional de Cine Guaro. Esta iniciativa, llevada adelante por los miembros de la Red de Cine: CIECA, Dirección de Cultura UCLA, Iribarren Films, Festival de Cine de Barquisimeto, Cineclub Charles Chaplin, Cineclub Aquiles Nazoa, Cineclub Itinerante Nerio Castejón, salas comunitarias, cineclubes universitarios, realizadores y difusores independientes, busca acercar al público larense a su cinematografía. La Muestra pretende llegar a todas las comunidades del estado Lara y mostrar un sinnúmero de producciones hechas por realizadores larenses o ligados de alguna manera a Lara. 



  Esta primera edición se inaugurará el 25 de octubre en el Auditorio Ambrosio Oropeza de la UCLA, a partir de las 6:00 pm, con un evento especial donde se exhibirán «Guerra de Vargas y Morillo» de Sandro Sánchez y «Amábilis» de Isabel Caroto. Luego de este evento la Muestra comenzará su recorrido por todos los municipios del estado Lara y concluirá, en su primera edición, en enero de 2017 con la celebración del aniversario del cine nacional. 
  La Muestra Regional de Cine Guaro tiene como objetivo ser un evento permanente durante el año, estructurado en ediciones consecutivas que permitan incorporar a realizadores y difusores a una actividad de promoción y desarrollo de la cultura cinematográfica en la región. 
  Todas las actividades de la Muestra se realizarán sin fines de lucro y abiertas al público en general. La programación será dada a conocer a través de las redes sociales: Facebook y Twitter. Por tal motivo, se invita a a todo el pueblo de Lara a estar pendientes para participar y disfrutar del cine Larense.
Fuente:
Red de Cine de Lara
https://redcinelara.blogspot.com
Imágenes cortesía de
Red de Cine de Lara
Isabel Caroto
Sandro Sánchez

El gran maestro del cine venezolano cumple 85 años



Cortesía de Últimas Noticias
Román José Chalbaud Quintero es un dramaturgo, director de teatro, de cine y televisión de Venezuela. Nació en la ciudad de Mérida, Estado Mérida, Venezuela el 10 de octubre de 1931. 
Comenzó su carrera cinematográfica a comienzos de los años 1950, como asistente de dirección del realizador mexicano Víctor Urruchúa, quien realizó en Venezuela dos filmes: Seis meses de vida y Luz en el páramo. 
El primer largometraje dirigido por Chalbaud, Caín adolescente (1959) fue una adaptación de su primera obra de teatro. Desde entonces ha dirigido más de 20 largometrajes entre los que citamos: El pez que fuma (1977), La oveja negra (1987), Pandemonium, la capital del infierno (1997). 
En televisión ha dirigido numerosas producciones, tales como: El cuento venezolano televisado, Boves, el Urogallo, sobre la novela de Francisco Herrera Luque; La Trepadora de Rómulo Gallegos; La hija de Juana Crespo de José Ignacio Cabrujas, Salvador Garmendia e Ibsen Martínez, El asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, entre otras. Dirigió la serie televisiva Amores de barrio adentro de Rodolfo Santana
Fuente/Autor:
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