El peor baño de Escocia


Han transcurrido 20 años desde que el grandioso Danny Boyle lanzó su segundo largometraje titulado «Trainspotting» (y me atrevería a decir el más afamado). Durante un par de años me he propuesto analizar cuidadosamente este filme, y cierto es, que cada vez hay algo más interesante que se deja descubrir. Un trabajo de arte bien estructurado, en conjunto con un excelente guión y una estupenda fotografía. Es por ello, que no me he encontrado con una escena tan perfectamente realizada; un conjuro de juegos entre imagen y sonido, como la magnífica «El peor baño de Escocia». 

Un estudiante de cine debe tener muy en cuenta que es todo un reto el trabajo audiovisual sin diálogo; meramente expresivo a través de la imagen y sonido. Sin ignorar los diferentes aspectos que le caracterizan y le den el sentido adecuado. En el caso de Trainspotting y su escena emblemática, cumple con los requerimientos anteriormente mencionados. El aspecto filosófico es, a mi juicio, el más trascendental. Una escena que, de principio a fin, es un propio símbolo de la vida de un personaje adicto a la heroína. Es totalmente increíble cómo se pueden expresar sentimientos a través de imágenes. El peor baño de Escocia es, probablemente, el lugar que muchos podrán asquear y aborrecer, pero en esta escena Boyle pretende mostrar al espectador, que no es más que un reflejo de nuestra propia vida, aunque le odiemos por su aspecto externo. ¿Y es que acaso, no es eso lo que siente el protagonista? Cito al grande Hugo Münsterberg: «El cine es una fábrica de emociones» y he aquí la prueba más contundente en este filme. La remoción de las diferentes emociones en el espectador. De eso se trata el cine, bien lo dijo Eisenstein: «debe ser la marea de sentimientos encontrados». 

Cuando aún nos queda mucho por descubrir de esta cinta cinematográfica, Boyle pretende impresionarnos con su segunda parte a finales de 2016, dos décadas luego, que de seguro, será un montaje estupendo con muchos acertijos y símbolos recónditos esperando a ser descubiertos. Pero aún así sería un pecado olvidar que “El peor baño de Escocia” existe, y que es el mejor del mundo. 

Autora: 
LAURA GONZÁLEZ 

Escritora novel de Literatura Fantástica, Ficción y Romance. Estudiante de Cine, amante de la música diversa, e Ingeniera Civil.

La Mirada de HAL es un espacio de opinión sobre cine. El blog de Iribarren, como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, ofrece este medio para el planteamiento y la discusión de ideas con relación al séptimo arte. Sin embargo, las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad únicamente del autor.

CINEMApodcast - El conflicto de primer nivel





La búsqueda del cine por una rebelde con causa


Es un lugar oscuro. Se oye de fondo el sonido de un proyector de 35  mm. Una luz amarilla se enciende sobre una butaca marrón. 
Cuando vi la primera película que me impresionó me sentí muy conmovida, estudiaba en el Instituto Inmaculada Concepción de Barquisimeto, un colegio de monjas, y el filme era «Pink Floyd The Wall (El Muro)» de Alan Parker. Mis compañeras la odiaron en una especie de desagravio. Pero a mí me gustó y estoy segura que maestros y profesores sabían por que la habían escogido.

Pasaron los años y decidí estudiar biología marina, psicología o artes. Ninguna en mi ciudad. Mi padre era médico y decidió que estudiara medicina y así lo hice hasta llegar a la mayoría de edad. Luego, tomé mi mochila, mis ahorros y arranqué para Caracas. Con la ayuda de mi madre, dos amigas y sus familias logré entrar a la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, no sin antes entrar como oyente a la Escuela de Comunicación Social y Psicología. Mientras estudiaba conocí a un amigo que buscaba estudiantes de la escuela para hacer un mediometraje sobre el tema ecológico y ambiental. Fui script, asistente de dirección, asistente de vestuario, asistente de producción, asistente de montaje y hasta serví agua y café. A raíz de ello, me llamaron para trabajar gratis un mes en una empresa de doblaje y si pasaba la prueba me contrataban. Pero me ofrecieron el de secretaria y les dije que no. 

A los tres meses me llamaron para trabajar en el área de sonido y vídeo. Duré cuatro años mientras logré terminar la carrera. Era un ir y venir entre la UCV y el trabajo. El poco dinero y el poco tiempo para estudiar complicaban las cosas; sin embargo, conseguí la fórmula: dormía de 10 pm a 3 am, hacia los trabajos, desayunaba en el comedor, asistía a clases, almorzaba en el comedor, iba al trabajo, regresaba a casa, lavaba la ropa, preparaba la cena, hacia mis tareas y así sucesivamente. 

Dicho esto, no esperé que todo me lo diera la escuela y los profesores. Leí y fui también autodidacta. Participé en cursos, seminarios y encuentros. Fui a muestras. Compartí dudas y lecturas. Actualizo repetidamente los avances de las diferentes áreas donde quiero desarrollarme. Me divertí. Fui y voy al teatro, conciertos, museos, instalaciones, performances, bailo y hago lo que me llame la atención; en fin, un cineasta tiene que tener un bagaje cultural. Pero definitivamente empezar por producción fue una gran escuela. Aprendí de todo y de todos. Ahí comencé a entender que el cine es tiempo y costo además de lo estético. 

Black out. El sonido del proyector deja de oírse. 
Viaja. Explora caminos para tus escogencias. Pregunta. Haz una lista de prioridades. Y recuerda esa primera película que te impresionó; la mía, me impulsó hacia «Azul como el cielo». 

El camino es largo, a veces arduo pero apasionante. Y sobre todo hay que aprender con humildad; lo dijo Danny Boyle en una entrevista. 

En las próximas entregas seguiremos abordando el tema y cómo ir definiendo el área cinematográfica que se quiere asumir.

Autora:
Andrea Ríos

Licenciada en Artes mención cine. Es productora, guionista, directora y montadora en cine y TV. Es analista de guiones y tallerista. En dramáticos, fue directora de post producción, analista para estrategias promocionales y recomendaciones de marketing. En publicidad, como montadora de comerciales, campañas por una sexualidad asertiva en adolescentes y productos de marcas e institucionales. Escribe cuentos y es fotógrafa siendo publicada por el Celarg y ha publicado «Baño de paro», recopilación de una exposición colectiva de fotografía de la escuela Roberto Mata. 

«En el espejo del cine» es escrito por la cineasta venezolana Andrea Ríos. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica. Sin embargo, las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad únicamente de la autora.

Colt Comando 5.56


Colt Comando 5.56 de César Bolívar, basada en la novela de Marcos Tarre Briceño. Interpretada por Pedro Lander, Nancy González, Amílcar Rivero, Luis Rivas, Yanis Chimaras, Iván Feo, Henry Zakka, entre otros. Música de sonográfica. 1987. 108 min. 
Un atentado al estilo «mafia» en un bar del centro de Caracas, un cuerpo descuartizado encontrado en el río Guaire, muertes por sobredosis de drogas de estudiantes de diversos liceos y otros hechos aparentemente aislados apuntan a una gran conspiración criminal que implica a importantes personalidades de la política y la milicia como poderosos narcotraficantes. El sub-inspector Gumersindo Peña (Pedro Lander) es puesto en el caso por el Jefe de la Dirección de Inteligencia Policial DIP (Iván Feo) para empezar una exhaustiva investigación y dar con los culpables. Los métodos poco ortodoxos y la tendencia a sobrepasar el filo de la ley por parte de Peña harán complicar al máximo el caso y solo podrá contar con su leal compañero (Luis Rivas), una mujer de la calle (Nancy González) y el hijo de ésta (Amílcar Rivero); teniendo a este último como único testigo. Como siempre, la vida de Peña y la de los que tenga cerca estarán en constante peligro. 
Este filme de César Bolívar fue uno de los policíacos venezolanos más populares a mediados de los ochenta, en una Venezuela muy distinta y a la vez tan parecida a la de ahora. Este filme tuvo la cualidad de mantener al espectador atento a una trama policíaca llena de tiroteos, persecuciones y explosiones sin necesidad de leer los sub-títulos de los filmes extranjeros acostumbrados, aún cuando el guion presentaba las fallas acostumbradas típicas de las películas venezolanas de antes y de ahora, sin embargo, la novela homónima de Tarre Briceño tuvo suficiente sustancia para crear un filme interesante, muy venezolano y para que el espectador saliera satisfecho. Se podría decir que fue el «Arma Mortal» del cine criollo incluso antes que saliera ésta. 
El personaje de Pedro Lander es un policía muy atípico para las películas hollywoodenses pero muy familiar para lo que vemos en Venezuela, es mujeriego, anda en negocios nada lícitos, utiliza métodos como drogar y torturar a los sospechosos y su expediente, como dice su jefe, es más un prontuario pero al final, muy al final, él tiene en su conciencia realizar a como dé lugar su trabajo y atrapar a los criminales. De resto, solo recomiendo buscarla, verla y pasarla bien con un producto nacional para variar; siempre la tengo presente en mis películas venezolanas favoritas. 
Esta historia tiene una secuela en la novela Sentinel 44 del mismo autor, la cual no llegó a filmarse, sin embargo, el equipo de Cesar Bolívar produjo la serie 2.2 Brigada Especial de la cual derivo la película El caso Bruzual como continuación de las peripecias de los agentes del DIP en otros casos y otras historias.
Autor: 
LUIS STEELHEART 
Licenciado en Administración de Empresas. Ha participado en diferentes actividades de cine-foro principalmente en el Cine Club Charles Chaplin y en la Biblioteca Pública Pio Tamayo, además de realizar colaboraciones en diferentes actividades de cine en los lugares antes mencionados y otras instituciones como la Universidad Simón Rodríguez, el CIECA, la UPEL y el Liceo Lisandro Alvarado. Steelheart es un cinéfilo y coleccionista de artículos relacionados con el cine. 

El cine de mi colección es escrito por Luis Steelheart. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

MARCO SALAVERRÍA: «Existen muchos guiones sordos»


El cine y sus protagonistas (2016)
Con la incorporación del sonido en el cine, el mundo entero cambió su manera de percibir las imágenes. Y aunque la imagen sigue teniendo una mayor influencia en nuestro sentido perceptivo, como dice Lucrecia Martel: «el sonido en el cine es lo inevitable». Para hablar sobre este aspecto tan interesante del cine, Iribarren Films se complace en poder conversar con Marco Salaverría, destacado sonidista venezolano en la actualidad, ganador del Premio Platino por su trabajo en El Abrazo de la Serpiente, a quien agradecemos su amabilidad y deferencia. 
Te formaste en la EICTV de Cuba. Por esta escuela han pasado un sinnúmero de reconocidos cineastas a compartir sus conocimientos con los estudiantes. Como consecuencia de haber conocido a algún personaje famoso del cine mundial durante tu estadía en la escuela, ¿recuerdas alguna experiencia de aprendizaje en especial que te haya marcado, conserves y forme parte de tu trabajo profesional? 
Sí, realmente pasar por la EICTV es una experiencia difícil de explicar, es una especie de avalancha de maestros, compañeros, amigos, experiencias, etc., que te pasa por encima inevitablemente y que al menos en mi caso, me reorganizó la manera de verme y pensarme dentro del mundo y dentro del cine. Son muchas las personas, sobre todo compañeros de estudio, con los que compartes y todas te van dejando algo y seguramente tú también a ellas. Pude coincidir con personas como Lucrecia Martel que ya mencionaste, maestros y amigos que trabajan en el sonido del cine pero que también teorizan sobre él como: Samuel Larson, John Purcell, Dimitri Medard, Carlos Abbate, Christian Hugonnet, entre muchísimos otros que estoy dejando de nombrar. Pero si hay un aprendizaje que llevo conmigo cuando estoy trabajando en el cine, es la frase de mi maestro Jerónimo Labrada: «Ninguna película vale más que un ser humano». 
En un momento de la historia del cine venezolano nuestras películas fueron cuestionadas por su sonido. ¿Qué tanto hemos avanzado en el aspecto sonoro? 
Cuando comencé a acercarme al cine, una de las afirmaciones que se decían con frecuencia era que las películas venezolanas sonaban mal. Era casi una verdad incuestionable pero aún así a mí me gustaba la idea de acercarme y dedicarme al sonido. Poco a poco conocí sonidistas que venían trabajando desde años atrás y me sorprendió mucho el alto nivel que manejaban y manejan del oficio. La mayoría de ellos habían trabajado no solo en el cine venezolano sino también en películas internacionales que se filmaban en Venezuela. A parte de estas capacidades y cualidades también han sido muy generosos compartiendo sus experiencias y saberes con las nuevas generaciones.
Entonces, ¿por qué si teníamos buenos sonidistas, nuestras películas sonaban mal? En primer lugar, me di cuenta que muchas de nuestras películas sonaban bien aunque se generalizara el comentario negativo y muchas de las que tenían mala calidad era a causa de la subestimación del área sonora por alguna de las partes de la cadena o flujo de trabajo en la realización: contratar a seudo-sonidistas o seudo-microfonistas, querer ahorrar más de lo necesario en procesos de posproducción, elegir malas locaciones para el registro sonoro, sistemas de sonido mal calibrados en las salas de exhibición y algunas carencias técnicas profesionales como la falta de estudios profesionales de mezcla en el país que en el presente se ha ido solventando con la construcción de algunas salas especializadas.
Aunque en décadas anteriores no habían escuelas de sonido para cine, la transferencia de conocimientos se daba con bastante rigor desde los más experimentados hacia los aprendices; ahora contamos con centros importantes de formación en el país y también con la posibilidad de becas para formación especializada en escuelas fuera del país como por ejemplo la EICTV en Cuba, donde yo estudié por tres años gracias al apoyo de CNAC. 


Un audiovisual se compone de imagen y sonido, sin embargo, a la hora de producir una película la mayoría de realizadores dan preponderancia a la imagen. No obstante cineastas como Lucrecia Martel, por ejemplo, ven en el sonido no solo la posibilidad de crear elementos estéticos para una película, sino crear otros que puedan incluso sobreponerse a la imagen. ¿De qué manera un profesional del sonido podría involucrarse para que su trabajo vaya más allá de su responsabilidad técnica y pueda aportar para dar más valor a una película? 
Yo insisto en la idea de trabajar como sonidista en la etapa de gestación de la película que es el guión. Esa participación va a depender tanto del interés de los propios sonidistas como en la flexibilidad del equipo (directores, guionistas, fotógrafos, productores, etc.) para que se den esas condiciones. 
También hay que entender que el sentido al que se la ha dado más importancia, casi predominancia es la vista, por lo tanto salirse de ese espacio confortable resulta difícil para directores y guionistas. 
A veces también sucede que muchos de nosotros (sonidistas) estamos distraídos o dedicándole excesiva importancia a los desarrollos tecnológicos y a los aparatos en si y dejamos abandonado ese espacio narrativo-expresivo que puede y merece tener el sonido dentro de las películas. 
El área de sonido en el cine es tan compleja y requiere la intervención de especialistas que se ocupen desde el registro del sonido directo hasta la mezcla final. Y de hecho, existen tantos especialistas que pareciera estar cubierto todo lo referente al sonido. Pero, ¿hay algún otro aspecto que se deba tomar en cuenta? 
Tal como lo expresa la pregunta, el sonido requiere la intervención de especialistas en todas sus áreas, tanto quienes graban el sonido directo durante el rodaje como quienes mezclan la película, que en el fondo son los primeros espectadores reales. 
Pero hay que agregar un eslabón que es muy importante y neurálgico que está previo a todos los anteriores; ese eslabón es el pensamiento o diseño sonoro desde el guión. Lamentablemente existe la tendencia a tomar las decisiones sonoras respecto a lo narrativo-expresivo-estético en la etapa de posproducción, cuando ya la película está rodada y editada. 
Si bien algunos guionistas pueden manejar mejor que otros el sonido dentro de la construcción de las imágenes de la película, creo que es importante que los sonidistas comiencen a aportar desde esta etapa. Existen muchos guiones sordos, donde los personajes parecen no escuchar el mundo que los rodea ni reaccionar a él. Queda el sonido relegado a una especie de acompañante tímido de lo que se ve y a veces hasta jugando en contra de la película. 
El sonido a que estamos acostumbrados en las grandes producciones cinematográficas dista mucho del sonido de la vida real. El perfeccionamiento alcanzado por el sonido en el cine nos hace perder un poco la percepción de lo real. ¿Consideras importante tratar de lograr un sonido «perfecto» o buscar la autenticidad para ofrecer una perspectiva diferente al espectador? 
Pienso que la manera como escuchamos el sonido en las película: ficción, documental, animación, etc., es más un fenómeno de percepción que de objetividad física o científica de la realidad. Hay múltiples variantes cuando percibimos el sonido en un determinado lugar o momento, nuestro cerebro realiza procesos complejos y nuestra percepción de esos sonidos «reales» dependerá por ejemplo de nuestro estado de ánimo, de nuestro interés individual o específico por escuchar algo, la escucha selectiva o por nuestras experiencias. Cuando hacemos el registro de esos sonidos durante el rodaje, utilizamos un conjunto de herramientas para la captación sonora que a diferencia de nuestro sistema de percepción o escucha, carecen de cerebro por lo tanto esos sonidos serán físicamente bastante reales o parecidos al sonido de la locación pero perceptivamente carentes de interpretaciones.
Pienso que todo lo que suena y se ve en una película es parte fundamental de lo que se quiere narrar o expresar, por lo tanto, decidir que el sonido final de la película sea más o menos parecido al sonido «real» de la locación es una decisión en todo caso creativa de los realizadores. 
La autenticidad del sonido dependerá de la película misma y como se conjuguen lo visual y lo sonoro para lograr una unidad perceptiva coherente. 


Tu trabajo en El Abrazo de la Serpiente te ha hecho merecedor de importantes reconocimientos a nivel internacional. Sin duda, debe haber sido una experiencia muy enriquecedora. ¿Qué aprendizaje como sonidista recoges de tu labor en esta película? 
El Abrazo de la Serpiente ha sido un lindo, intenso y gran viaje para todos los que trabajamos en ella. Tuve la oportunidad de estar presente desde el rodaje hasta la postproducción y conocer todos sus procesos. Como sonidista es muy enriquecedor ya que puedes ir comprobando cada una de las etapas y darte cuenta que cosas realmente fueron útiles y necesarias registrar en el set, como ambientes, algunos diálogos o cantos especiales, sonidos característicos de la selva para nutrir el sonido de la posproducción sonora. 
La película fue filmada en 35 mm, formato que ya es poco común en los rodajes, pero pienso que el respeto a este formato por sus costos y su delicada manipulación hacen del set de filmación un lugar sagrado y más disciplinado con lo cual todas las áreas o departamentos optimizan al máximo su trabajo y el trabajo en equipo se hace más eficiente y riguroso. 
Otra experiencia sonora importante fue la de aprender o al menos intentar aprender a escuchar la selva desde los oídos de sus habitantes; por tratarse de una película de época, los motores modernos de las embarcaciones y aviones afectaban absolutamente a la historia, entonces cada vez que pedían rodar sonido, mis principales aliados para saber si venía algún tipo de nave eran los propios habitantes indígenas de cada lugar de filmación; obviamente la sensibilidad de escucha de ellos es superior a la mía y la alianza con ellos me resultaba muy linda y absolutamente necesaria. 
Tu experiencia te ofrece una perspectiva amplia para poder apreciar la situación del cine nacional. Y como le decía a Andrea Ríos en otra entrevista, perteneces a la nueva generación de cineastas que está tomando las riendas para lograr un crecimiento sostenido de nuestro cine. ¿Qué aspectos positivos ves en el cine venezolano de ahora y cuáles pueden mejorarse? 
Uno de los principales aspectos positivos que veo, es el número importante de jóvenes realizadores (fotógrafos, editores, sonidistas, guionistas, productores, etc.) en todas las regiones de Venezuela; la mayoría o casi todos formados académicamente en las diferentes escuelas de cine del país o incluso en el extranjero, pero además, muy activos en la formación práctica del set de filmación. 
Otro aspecto positivo es que esta nueva generación está haciendo películas con lo que se tiene al alcance, sin depender únicamente de fondos de financiamientos nacionales, incluso llevando los proyectos a laboratorios o fondos internacionales que mas allá de poder significar un aporte económico a la realización, significa un importante intercambio y fogueo para los guiones y proyectos. Por otro lado, la situación económica del país no es muy favorable en la actualidad pero aún siendo un aspecto negativo pienso que se deben generar nuevas estrategias para hacer las películas e incluso podría terminar convirtiéndose en la gestación de un cine más austero pero creativo; quien sabe que suceda. 
El cine a lo largo de su historia ha mutado según los lugares y momentos históricos que ha vivido y así han surgido muchos de los grandes movimientos. 
Finalmente, quiero agradecerte por esta entrevista y ofrecerte el último espacio para que expreses un comentario final. 
Muchas gracias a ustedes por la entrevista y por dedicar estos espacios al intercambio de ideas y experiencias. Creo que son estos espacios de reflexión justamente los que permiten a las nuevas generaciones hacer una revisión más crítica y participativa del cine que se está haciendo en el país, en la región y finalmente en el mundo. 
Entrevista: 
Guillermo Chávez 
Fotos cortesía de: 
Marco Salaverría 
Autores: 
Liliana Merizalde 
John Márquez 
Chevy Díaz

Carla Forte: «El cine para mi es una necesidad»


El cine y sus protagonistas (2018)
Importantes premios a nivel internacional otorgados al cine venezolano en los últimos tiempos reflejan un significativo desarrollo en la calidad de las producciones cinematográficas nacionales. Parece que un grupo de realizadores en la actualidad están apostando por un cine mucho más alternativo y de calidad artística. Entre esos talentos que empiezan a destacar en el cine venezolano está Carla Forte, una artista formada en el teatro y la danza que ha encontrado también en el cine una forma de expresión con resultados muy positivos. Iribarren Films se complace al poder conversar con ella para conocer un poco sobre su quehacer en el mundo cinematográfico. 
Durante nuestra juventud somos susceptibles a ser influenciados por personas que admiramos y si nos toca tenerlos como maestros, esto puede determinar nuestro futuro profesional. ¿Qué personas han marcado tu vida y de qué manera particular han encaminado tu carrera como cineasta? 
Hay varias personas que han marcado mi vida profesional, una de ellas es mi hermano Vicente Forte quien desde mi adolescencia me mantuvo conectada con el cine de autor. Vicente es un artista muy intelectual, siempre ha sido un devorador de libros, un escritor y artista plástico increíble. Soy su fan número uno y solemos colaborar juntos en cada proyecto. También tengo que mencionar a Maritza Sillie y Vicente Forte, mis padres, tal vez una influencia más emocional que profesional pero ellos han estado incondicionalmente siempre para mí en todos los sentidos. 
Por otro lado, yo estoy cada día más ligada a la improvisación y eso se lo debo a mi compañero de vida y maestro Alexey Taran, quien durante quince años me ha brindado las herramientas necesarias para poder crear mi propio mundo creativo. 
Ver muchas películas me ha hecho crecer también. Existen cineastas que admiro y respeto. Entre mis favoritos están Béla Tarr, Jim Jarmusch, Lars von Trier, Michael Haneke, Francis Ford Coppola y Fina Torres.
Formas parte de una generación de cineastas que están revitalizando el cine venezolano con nuevas propuestas, y en tu caso, a través de un cine con un sentido más estético y artístico. ¿Cuál es tu visión del cine y cuáles son tus objetivos como artista? 
El cine para mi es una necesidad, un medio que utilizo cuando quiero comunicar algo. Las propuestas visuales que llevo a cabo siempre reflejan parte de lo que soy y lo que me conmueve. Mi objetivo es materializar las ideas sin darle importancia a las etiquetas. Poder crear sin límites en el lenguaje es muy importante dentro de mi proceso. El objetivo principal es siempre la libertad.


Tu producción audiovisual ha sido muy variada: ficción, documental y videoarte. A partir de esa experiencia ¿qué posibilidades ves en cada uno de ellos? 
Las posibilidades son infinitas en cada uno, lo importante es estar claro de lo que deseamos expresar. En mi opinión, el «como» solo importa para definir la línea del trabajo a seguir; para luego, poder romper con las estructuras. 
Tu más reciente largometraje ANN, por el cual has recibido múltiples reconocimientos, fue rodado en cinco días pero ensayaste por casi seis meses según declaraste. Imagino que esto implicó un trabajo muy minucioso con los actores. ¿Cuál es tu metodología de trabajo con los actores para lograr de ellos la mejor interpretación posible? 
Siempre es diferente, todo dependerá del proyecto. Yo particularmente vengo del teatro físico y la danza, lo que me permite llevar un proceso creativo más abierto a la experiencia y a la improvisación. 
Específicamente con ANN era importante estar realmente listos con los diálogos y las acciones una vez que estuviéramos en set, solo teníamos cinco días para rodar. Esto fue una decisión propia y de equipo basada lógicamente en nuestro presupuesto. ANN se trabajo como una obra teatral para luego llevarla a la pantalla.


Estudiaste en Venezuela y Argentina, y actualmente estás residenciada en Estados Unidos, esto te permite tener una visión un poco más amplia del quehacer cinematográfico de la región. A tu juicio, ¿cuáles son los retos que debe enfrentar un joven cineasta hoy en día en Latinoamérica? 
He tenido la suerte de viajar mucho y siempre veo y siento la misma inquietud en todas partes. Pienso que el reto principal de un artista es poder ejecutar su obra dejando a un lado los cuestionamientos. 
Hoy en día las posibilidades son infinitas. Podemos hacer cine aunque tengamos pocos recursos. Muchas veces, la fórmula tradicional limita a los artistas y creo que es importante saber romperla o darle un mejor uso a las herramientas creando con ellas algo mucho más poderoso. 
Otro reto que un artista debe afrontar es ser consecuente con su discurso, de esta manera le somos fiel a nuestro arte y a nosotros mismos. 
Tu quehacer profesional va un poco más allá del cine, también estás ligada a otras actividades artísticas y en eso tiene mucho que ver Bistoury Physical Theatre and Film. ¿Qué nos puedes decir de ese proyecto y qué papel juega el cine allí? 
Bistoury es la compañía que llevamos mi compañero Alexey Taran y yo. La comenzamos en Venezuela en el año 2005 y ahora está establecida en la Florida. Bistoury es nuestra excusa para crear, nuestra casa, nuestro nido de creaciones e ideas colaborativas junto a otros artistas de distintas partes del mundo. Bistoury es nuestro refugio, nuestro espacio para explorar a través del arte; incluido por supuesto, el cine.

Para conocer más sobre Carla Forte pulse AQUÍ
Para conocer más sobre Bistoury Physical Theatre and Film pulse AQUÍ

Entrevista:
Guillermo Chávez
Fotos cortesía de:
Carla Forte
Autor:

Alexey Taran

En serio... I love the cinema


Después de varias presentaciones en sociedades científicas los hermanos Lumière deciden hacer una exhibición comercial de su invento y de las imágenes en movimiento que habían registrado, una historia que ya conocemos. Sin ir muy lejos con respecto al nacimiento del cine, a la máquina de Edison había que echarle plata para ver las «peliculitas» filmadas por los empleados de este señor. Así que, desde su nacimiento el cine fue algo comercial y nadie habló de arte sino mucho después. Entonces, parece absurdo esto de criticar al llamado «cine comercial» por lo que hace, si lo que hace es su negocio y todo el mundo paga por el producto que este ofrece, incluidos refresco y cotufas. Y el producto se repite porque es lo que la gente compra. Así funcionan los negocios. 
Por otro lado, lo que parecen ignorar algunos es que la mayor parte del cine que se produce en Venezuela se financia con el dinero proveniente de la taquilla y los impuestos que tienen que pagar los privados (artículos 50, 51, 52, 53, 54 y 56 de la Ley de la Cinematografía Nacional) para alimentar el Fondo de Promoción y Financiamiento FONPROCINE. Es decir, de ese negocio que conocemos como «cine comercial» sale el dinero para apoyar la producción de cine venezolano. 
Entonces, en vez de criticar ese negocio por qué no se critica que no haya un circuito alternativo de cine en el país, independiente del Estado, que pueda ofrecer una amplia variedad de propuestas cinematográficas. Y cuando me refiero a un circuito alternativo no necesariamente hay que hablar de salas acondicionadas para la exhibición, que sería lo ideal, bien puede haber espacios con las mínimas condiciones a nivel comunitario. Para lograr eso se necesita realmente entender el cine como arte y tener conciencia de su valor como herramienta educativa y cultural. 
Quienes se dicen amantes del cine, en la mayoría de los casos, solo quieren hacer películas o solo verlas. Pocos son los que quieren disfrutar y propiciar el encuentro de muchos alrededor de un filme, su análisis y discusión. Esa actividad, ese espacio, que otrora tuvo mucho auge y es el lugar ideal para el surgimiento de un verdadero amor por el cine, es lo que se conoce como cineclub.
Autor:
Guillermo Chávez

Fuera de foco es escrito por Guillermo Chávez. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

El cine venezolano en tiempos de crisis



La falta de recursos estatales y problemáticas como la seguridad y la escasez han afectado a la industria cinematográfica de Venezuela. Productores multiplican esfuerzos para seguir rodando en el país pese a las dificultades. 
Fuente/Autor: 
FRANCE 24 Español
https://www.youtube.com/watch?time_continue=105&v=4Z8bcrzeY1c

De espectador a protagonista: ¿cómo la IA y los NFTs podrían revolucionar nuestra experiencia en el cine?


Hace unos días, fui a ver John Wick 4 (10/10) y me surgió una idea: ¿y si pudiéramos vernos a nosotros mismos y a nuestros amigos como personajes de las películas que estamos viendo? ¡Qué divertido sería eso! Como amante del cine y apasionado de la tecnología, se me ocurrieron dos propuestas innovadoras para transformar la experiencia cinematográfica: gafas personalizadas y NFTs. 

Propuesta 1: Gafas personalizadas para verte como el personaje que elijas

Imagina que, al llegar al cine, ya tienes un escaneo facial y corporal almacenado en su base de datos. Por medio de una aplicación, no solo eliges tu asiento, sino también el personaje que deseas interpretar en la película. Tus amigos también podrían hacer lo mismo y, a través de unas gafas especiales, verías la película con cada uno de ustedes como los personajes que eligieron. Aunque todos los demás espectadores verían la versión original de la película, cada uno tendría una experiencia personalizada e inmersiva. 

Propuesta 2: NFTs como recompensa y reconocimiento para cinéfilos 

Al comprar un boleto de cine, se te otorgaría un NFTs único vinculado a la película que vas a ver. Este NFTs tendría un valor asociado que aumentaría cada vez que vuelvas a ver la misma película. Por ejemplo, podría pasar de 10 puntos a 20 puntos en la segunda visita. Los NFTs serían coleccionables, intercambiables y vendibles, y podrían convertirse en una forma de mostrar tu amor por el cine y disfrutar de una experiencia más personalizada. Además, estos NFTs podrían estar vinculados a juegos digitales y plataformas de entretenimiento en línea, lo que agregaría una dimensión adicional de interacción y compromiso para los fanáticos del cine.

Estas dos propuestas podrían transformar la forma en que experimentamos el cine, haciéndolo más personalizado, divertido e interactivo. Al adoptar tecnologías innovadoras como gafas personalizadas y NFTs, la industria cinematográfica podría atraer a más espectadores y adaptarse a las cambiantes demandas del público en la era digital. 

PD: Ya me tengo que ir al estreno mundial de Mario Bros. Mientras tanto, no dudes en unirte a la conversación cada martes para explorar más "qué pasaría si" en el mundo de los negocios y la tecnología. Juntos, podemos imaginar futuros emocionantes y generar conversaciones enriquecedoras. 
Autor: 
Nestor Morera

Consultor en transformación digital. Se desempeña en labores de consultoría de confianza para la transformación digital, destacando por la empatía y el enfoque en el cliente, y por proporcionar soluciones innovadoras y efectivas que cambien vidas.

Fuente:

La Mirada de HAL es un espacio de opinión sobre cine. El blog de Iribarren, como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, ofrece este medio para el planteamiento y la discusión de ideas con relación al séptimo arte. Sin embargo, las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad únicamente del autor.