«Guerra de Vargas y Morillo». Entrevista a Sandro Sánchez


El cine y sus protagonistas (2016)

El cine larense estará presente en las principales salas de cine del país a través de una producción independiente del cineasta Sandro Sánchez; se trata de su ópera prima: «Guerra de Vargas y Morillo», un sueño que tardó 30 años en concretarse con mucho esfuerzo y constancia por parte de Sánchez. Conozcamos un poco más de este realizador larense que ha alcanzado la gran pantalla.
¿Cómo fueron sus inicios en el cine y qué influencias han marcado su visión con relación a su forma de hacer películas?
Mis inicios en el cine fueron de una forma muy artesanal, hice un mediometraje solo con una camarita y un micrófono que era más el ruido que capturaba que el audio deseado. Luego escribí, produje y dirigí dos cortos con un lenguaje cinematográfico más maduro, y con mucha más técnica en la dirección. 
De alguna, forma quien marca una influencia en mi modo de hacer cine es Luis Alberto Lamata, en su estilo de películas como Jericó, Desnudo con Naranjas, Taita Boves y Azú, son películas de época pero lo que más me atrae es su ambientación en lo verde, para decirlo coloquialmente, «monte adentro».
¿Qué aprendizaje le dejó esa primera fase de su vida como realizador?
Ver de otra manera las películas, entender mejor lo que quiere contar, trasmitir el director. Cuando vi Oriana por primera vez no me gustó. Hoy en día me parece unas de las películas más hermosas del cine venezolano.
La presencia del cine venezolano en las salas de cine ha crecido en los últimos tiempos. A su juicio, ¿falta algo más por ver en la gran pantalla con relación a nuestra cinematografía?
Por supuesto que ha crecido, y seguirá creciendo a pesar de la actual crisis, lo que necesita es más espectadores en las salas. En la pantalla gigante nos falta algo, tenemos una deuda con los niños, tenemos que hacer cine dirigido especialmente a ellos, que no entren a una sala para ver lo de afuera porque no se sienten cómodos con lo que en la actualidad hacemos, me incluyo, pero ya estoy pensando al respecto.  
Menciona la necesidad de más espectadores en las salas para ver cine venezolano. Además de la existencia de producciones infantiles, ¿qué motivaciones cree usted hacen falta todavía para atraer más público a nuestra cinematografía?
Mejores guiones ¡indiscutiblemente!


Hacer cine no es fácil y más todavía en las regiones, sin embargo, usted realizó su primer largometraje en Sarare. ¿Qué dificultades enfrenta el cine regional en nuestro país?
La gran dificultad que tenemos para lograr cine regional es la falta de apoyo, cada región debería tener sus propias instituciones como el CNAC, Villa del Cine, que no nos pongan tantos obstáculos a la hora de presentar un proyecto. En mi caso para solventar la última semana de catering vendí con mucha pena el televisor de mi sala, mientras sabía que el estado financiaba un proyecto cinematográfico en el exterior. ¿Esto es justo que le pase al cine regional? ¡Por supuesto que no!  Ahora, no estoy en contra de que el estado financie o no proyectos fuera de este país, solo que me duele que en muchas regiones no puedan hacer cine por la falta de apoyo.  
Producir un largometraje requiere de mucho esfuerzo y recursos. Pero, ¿qué tan difícil es poder llevar una película a la gran pantalla?
No es tan difícil llevarla a la pantalla después que logras tener tu largometraje materializado. Está Amazonia Films que es una gran herramienta para los que no tenemos recursos para la distribución, en mi caso, Amazonia Films es quien se está encargando de la distribución y lo agradezco, pero "ojo", y vuelvo a lo anterior; lo más difícil es la producción, lo otro, la aceptación del espectador. 
Guerra de Vargas y Morillo,  ¿cómo surgió la idea de esta película y por qué desarrollar esta historia en el medio rural?
La idea de esta película tiene más de 30 años en mi cabeza, desde que oí una canción de Tino Carrasco, titulada La Guerra de los Vargas, desde ese entonces vi la pelea de las dos familias en mi imaginación. Escribiendo el guion, se me ocurrió agregar el romance para suavizar la historia, de esta manera la han descrito como una historia shakesperiana, cosa que no me molesta, todo lo contrario, es un alago la comparación.  
Ambientarla en el medio rural era necesario, porque no quería dejar de lado la idiosincrasia del larense, la historia habla de una oveja, de un camino real, pasos de quebradas, siembras, por lo tanto la historia no podía desarrollarse en otro ambiente. 


La producción de una película requiere de la participación de un buen número de profesionales en distintas áreas, ¿cómo fue el proceso de encontrar ese talento acá en Lara?
¡Buena pregunta! Para encontrar actores no costó mucho, aquí en Lara hay bastante talento, para la parte técnica si fue un desafío para mi, solo contaba con un amigo (Jonfran Ferrer) que fue el microfonista. No quiero entrar en el yoismo, pero es inevitable, en la producción hice cámara, foco, dirección, fotografía, chofer, electricista, edición, colorización, post audio 5.1, construí una grúa, y un dolly. Aparte de esto, solo contaba con mi esposa que fue mi asistente en todo, mi gran apoyo. 
Fuimos un equipo técnico muy pequeño, en el mejor de los casos éramos cinco, y en otros casos, era tan pequeño que en varias oportunidades el actor o actriz tuvo que sostener la claqueta, cantarla y luego tenía que darles varios segundos para que se concentraran y decir ¡acción! Necesite mucho apoyo técnico.  
¿Qué experiencia recoge una vez lograda la meta del primer largometraje y qué recomendaciones puede ofrecer a quienes están en ese camino?
Como mencione anteriormente, este sueño vivió en mi por 30 años, sin meter desde la pre-producción hasta la fecha de estreno son 2 años más, o sea, 32 años exactos. En ese lapso de tiempo, en un momento de mi vida en la adolescencia para ser preciso, pase por momentos muy difíciles, tan difíciles que cargué los zapatos rotos, pero a pesar de eso Guerra de Vargas y Morillo estuvo allí, presente, momentos difíciles en que me pude preguntar: cargo los zapatos rotos, ¿cómo puedo pensar en hacer una película? Sin embargo, jamás me hice esa pregunta, siempre supe que algún día haría Guerra de Vargas y Morillo, y aquí está, con fecha de estreno. Saquen la moraleja de los que les cuento, verán que con esfuerzo, constancia, perseverancia y ESPERANZA llegaran lejos.



Finalmente, ¿qué expectativas tiene con respecto a  «Guerra de Vargas y Morillo» y qué nuevo proyecto vendrá después?
Confió plenamente en esta historia, en este guion, en la aceptación del público. Guerra de Vargas y Morillo llegó para cambiar el cine independiente, para decir que si se puede hacer cine con muy poco dinero; para levantar el ánimo a los próximos héroes del cine independiente. Más adelante, pienso en una comedia, un cine más fresco; aunque no dejo de pensar en la deuda que tenemos con los niños.
Entrevista:
Guillermo Chávez
Imágenes cortesía de:
Sandro Sánchez