El cine y sus protagonistas (2009)
Estos son los ganadores de la edición 2008 de CARACAS FILMINUTO junto al Dr. Antonio Paris, Rector de la UCV para el momento, y la profesora Haydeé Chavero, jefe de la Cátedra de Cine de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. El 18 de junio del presente año se hizo pública la convocatoria para la tercera edición del concurso, el cual está previsto para febrero 2010. La profesora Chavero estuvo recientemente en la ciudad de Barquisimeto para promocionar el evento. Iribarren Films aprovecho la ocasión para entrevistarla y hablar sobre interesantes aspectos relacionados con el concurso y la formación de los futuros cineastas.
¿Cómo surge la idea de realizar un concurso de cortos documentales?
La Escuela me pidió que creara un evento de cine para celebrar los 60 años de fundada y con el concurso de un par de amigos, diseñamos el CARACAS FILMINUTO, concurso de cine documental que sigue produciendo la Fundación Audiovisual FACIL en todos y cada uno de sus aspectos: desde la búsqueda de los patrocinantes hasta la selección del Jurado. Yo pasé más de 15 años al frente de lo que denominamos «Coordinación Docente» del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que se realiza anualmente en La Habana y nuestra meta en aquél momento era que cualquier ciudadano/espectador se acercara al evento con precios especiales para estudiantes y profesionales en el área audiovisual. Ahora, la meta es estimular la producción de cine documental, imponer el formato de 2 minutos y sobre todo, contribuir a la preservación de la memoria audiovisual del país. Y en aquél momento (2006) pensamos que sólo iba a ser durante ese año, pero recibimos 110 cortos en la primera edición del 2006 y un significativo número de correos electrónicos preguntando por la segunda edición y las autoridades universitarias (El Dr. Antonio Paris, era el Rector en aquellos días) decidieron convocarlo cada dos años, de modo que vamos para la tercera edición: 2006, 2008 y ahora 2010.
Producir un documental puede implicar una investigación de mucho tiempo antes de elaborar un guión. ¿No es poco el tiempo para plasmar una historia cuya riqueza de contenido pudiera necesitar más de dos minutos?
No. No es poco el tiempo. El CARACAS FILMINUTO no es un Festival de Cine, evento al cual usualmente concurren obras acabadas. ES UN CONCURSO, es decir «una competición, una prueba entre varios candidatos para conseguir un premio».
Y premiamos la capacidad de documentar la realidad. El concurso es bianual, lo cual equivale a decir que desde el 2008 la idea está en la calle. Lo que se abrió en junio pasado fue la convocatoria oficial, la cual se cierra el 18 de diciembre.
El concurso es muy difícil: exige hacer un corto, documental, en dos minutos y además con un tema único: las miradas de cada realizador sobre el país.
Como Ud. sabe, nadie puede asumir un punto de vista sólido sobre un tema, de la noche a la mañana. Y en el cine, la excelencia y la calidad de la investigación determinan la calidad de la realización. El que no lo sepa, tendrá que aprenderlo.
Nosotros queremos ver esas miradas y esas miradas no se gestan en 6 meses: el interesado, lo que probablemente hará, será profundizar su información previa, completar sus datos y concretar su punto de vista. Y tal como lo quiere la Cátedra de Cine y como lo dice el concurso, aspiramos a estimular la producción de cine documental, lo cual significa también y sobre todo, que queremos contribuir a la profesionalización del oficio de los cineastas, videastas o teleastas, con prácticas contundentes: el trabajo de cada quien.
Los que ya están estudiando artes audiovisuales conocen la inmensa complejidad del área; los que no, probablemente descubrirán que aunque la digitalización de las cámaras de video facilitan la realización, el éxito profesional exige que el individuo sistematice sus conocimientos, profundice sus estudios y dedique años de su vida – como hacen los médicos o los abogados – a su preparación técnica y artística. El CARACAS FILMINUTO aspira a ser un semillero, un vivero de documentalistas. Aspira a evidenciar que cada uno se tiene que ocupar de su preparación personal y técnica. La “suerte” queda fuera del combate.
La Escuela me pidió que creara un evento de cine para celebrar los 60 años de fundada y con el concurso de un par de amigos, diseñamos el CARACAS FILMINUTO, concurso de cine documental que sigue produciendo la Fundación Audiovisual FACIL en todos y cada uno de sus aspectos: desde la búsqueda de los patrocinantes hasta la selección del Jurado. Yo pasé más de 15 años al frente de lo que denominamos «Coordinación Docente» del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que se realiza anualmente en La Habana y nuestra meta en aquél momento era que cualquier ciudadano/espectador se acercara al evento con precios especiales para estudiantes y profesionales en el área audiovisual. Ahora, la meta es estimular la producción de cine documental, imponer el formato de 2 minutos y sobre todo, contribuir a la preservación de la memoria audiovisual del país. Y en aquél momento (2006) pensamos que sólo iba a ser durante ese año, pero recibimos 110 cortos en la primera edición del 2006 y un significativo número de correos electrónicos preguntando por la segunda edición y las autoridades universitarias (El Dr. Antonio Paris, era el Rector en aquellos días) decidieron convocarlo cada dos años, de modo que vamos para la tercera edición: 2006, 2008 y ahora 2010.
Producir un documental puede implicar una investigación de mucho tiempo antes de elaborar un guión. ¿No es poco el tiempo para plasmar una historia cuya riqueza de contenido pudiera necesitar más de dos minutos?
No. No es poco el tiempo. El CARACAS FILMINUTO no es un Festival de Cine, evento al cual usualmente concurren obras acabadas. ES UN CONCURSO, es decir «una competición, una prueba entre varios candidatos para conseguir un premio».
Y premiamos la capacidad de documentar la realidad. El concurso es bianual, lo cual equivale a decir que desde el 2008 la idea está en la calle. Lo que se abrió en junio pasado fue la convocatoria oficial, la cual se cierra el 18 de diciembre.
El concurso es muy difícil: exige hacer un corto, documental, en dos minutos y además con un tema único: las miradas de cada realizador sobre el país.
Como Ud. sabe, nadie puede asumir un punto de vista sólido sobre un tema, de la noche a la mañana. Y en el cine, la excelencia y la calidad de la investigación determinan la calidad de la realización. El que no lo sepa, tendrá que aprenderlo.
Nosotros queremos ver esas miradas y esas miradas no se gestan en 6 meses: el interesado, lo que probablemente hará, será profundizar su información previa, completar sus datos y concretar su punto de vista. Y tal como lo quiere la Cátedra de Cine y como lo dice el concurso, aspiramos a estimular la producción de cine documental, lo cual significa también y sobre todo, que queremos contribuir a la profesionalización del oficio de los cineastas, videastas o teleastas, con prácticas contundentes: el trabajo de cada quien.
Los que ya están estudiando artes audiovisuales conocen la inmensa complejidad del área; los que no, probablemente descubrirán que aunque la digitalización de las cámaras de video facilitan la realización, el éxito profesional exige que el individuo sistematice sus conocimientos, profundice sus estudios y dedique años de su vida – como hacen los médicos o los abogados – a su preparación técnica y artística. El CARACAS FILMINUTO aspira a ser un semillero, un vivero de documentalistas. Aspira a evidenciar que cada uno se tiene que ocupar de su preparación personal y técnica. La “suerte” queda fuera del combate.
¿Las producciones ganadoras, junto al resto, tienen alguna difusión o provecho dentro de la Escuela de Comunicación Social de la UCV o fuera de ella después del concurso?
Le cuento algo importantísimo, por primera vez en la historia de la telefonía celular en el país, los 20 filminutos ganadores de las ediciones anteriores, están en los teléfonos celulares de Movistar - que tengan la capacidad técnica requerida – con lo cual hemos logrado la meta más importante: difundir los cortos hechos a través de nuevos canales de comunicación social. Ese mérito es del CARACAS FILMINUTO, de su capacidad prospectiva de ver desde el 2006, que si familiarizábamos al público con el formato de 2 minutos, podríamos navegar con más facilidades, no en el “mar de felicidad del cual habló Chávez”, sino el auténtico mar de tecnologías que nos permiten otra forma de consumo audiovisual. Hemos abierto esa puerta: esperamos que el caudal sea inmenso.
El CARACAS FILMINUTO participa desde el 2008 en «El Festival International des Tres Courts, que se realiza y se programa, durante tres días en abril, simultáneamente en más de 60 ciudades del mundo y para el 2010 esperamos ampliar nuestra programación y llegaremos a más de 80 ciudades, en los cinco continentes» según consta en credencial anexa (imagen superior).
En la escuela hemos hecho proyecciones públicas, dentro y fuera de las clases de cine y sobre todo hemos visitados universidades en las cuales proyectamos los ganadores y generamos excelentes cine foros, porque los cortos ganadores son muy irregulares. Es decir, hay algunos que técnicamente están mejor acabados que otros, porque nosotros premiamos la capacidad de documentar la realidad, la capacidad de la mirada sobre el tema y no únicamente las características técnicas. No preseleccionamos: aceptamos todos los cortos que envíen, siempre y cuando sean documentales.
Le cuento algo importantísimo, por primera vez en la historia de la telefonía celular en el país, los 20 filminutos ganadores de las ediciones anteriores, están en los teléfonos celulares de Movistar - que tengan la capacidad técnica requerida – con lo cual hemos logrado la meta más importante: difundir los cortos hechos a través de nuevos canales de comunicación social. Ese mérito es del CARACAS FILMINUTO, de su capacidad prospectiva de ver desde el 2006, que si familiarizábamos al público con el formato de 2 minutos, podríamos navegar con más facilidades, no en el “mar de felicidad del cual habló Chávez”, sino el auténtico mar de tecnologías que nos permiten otra forma de consumo audiovisual. Hemos abierto esa puerta: esperamos que el caudal sea inmenso.
El CARACAS FILMINUTO participa desde el 2008 en «El Festival International des Tres Courts, que se realiza y se programa, durante tres días en abril, simultáneamente en más de 60 ciudades del mundo y para el 2010 esperamos ampliar nuestra programación y llegaremos a más de 80 ciudades, en los cinco continentes» según consta en credencial anexa (imagen superior).
En la escuela hemos hecho proyecciones públicas, dentro y fuera de las clases de cine y sobre todo hemos visitados universidades en las cuales proyectamos los ganadores y generamos excelentes cine foros, porque los cortos ganadores son muy irregulares. Es decir, hay algunos que técnicamente están mejor acabados que otros, porque nosotros premiamos la capacidad de documentar la realidad, la capacidad de la mirada sobre el tema y no únicamente las características técnicas. No preseleccionamos: aceptamos todos los cortos que envíen, siempre y cuando sean documentales.
Créame que si tuviese la respuesta perfecta en mis manos, me habría propuesto para Ministra de Cine (risas). Mi apuesta más arriesgada es compartir algunas reflexiones con Ustedes. Veamos:
Las «políticas» son un conjunto de criterios que provienen de especialistas en el tema, que apuntan hacia la excelencia en la consecución de temas muy precisos y en este caso, el tema incluye instrucción y docencia, a escala nacional y en todos sus campos.
El cine no sólo es sujeto de investigación artística. Su realización técnica sí.
La maravillosa complejidad del hecho cinematográfico lo dota de características técnicas, sociales, políticas, culturales, económicas, al alcance de todos, ¿verdad?…Cuando una persona llega a los 20 años de edad, ya tiene unos 16 o 17 años de «experiencia audiovisual». ¿Eso basta para hacer buen cine? No.
Pero lo necesario aquí es que su educación previa le haya permitido aprender a investigar con metodología, a leer y a escribir en su idioma natal con probidad y lo sensato sería, como hacen los franceses desde hace mucho, que hubiese un bachillerato audiovisual que nos permitiera alfabetizar a los espectadores desde su más temprana edad, para que luego y desde cualquier tipo de institución educativa, los docentes pudiéramos acelerar el proceso de aprendizaje e inducir al de especialización. Pero no es así y Ud. y yo lo sabemos.
No me preocupa tanto que existan más o menos «Escuelas de Cine» porque desde mi punto de vista, ese cineasta profesional que yo distingo, puede venir de otros campos. Allí están Rafael Marziano Tinoco, Arquitecto y Documentalista de probado talento, Oscar Lucién, sociólogo y documentalista de larga data, Carlos Oteyza, Historiador, Joaquín Cortez, etc. Señores que profesionalizaron el oficio de cineasta que han elegido, estudiando cine, desde su plataforma profesional y personal previa.
Necesitamos formar excelentes profesionales en cualquier área para que si además, deciden luego convertirse en cineastas, sean mejores. Y al revés: necesitamos que nuestros cineastas se formen con el mayor nivel de exigencia posible para que puedan abordar los campos temáticos que les esperan, fuera de cuadro.
Las Escuelas e Institutos que tenemos pueden y deben mejorar. ¿Podemos y debemos crear nuevas Escuelas de Cine, de Artes, de Comunicación, sin más? ¿Tenemos los docentes necesarios, la industria necesaria? ¿No podremos también exigir más, enseñar más, aprender más, tanto los docentes como los alumnos? Valdría la pena también pensar en ello, ¿no le parece?
Me preocupa más, por ejemplo, que el Estado no se ocupe de las Escuelas que ya existen, que cree Escuelas y Universidades como si fuesen carreteras – sitios de paso -, me preocupa que esa nueva Universidad de las Artes, por ejemplo, no tenga el menor nexo con Escuelas de Comunicación o Artes, como las nuestras en la UCV. Decía mi Padre que hay dos parámetros para evaluar con justicia una buena Universidad: 1. ¿Quiénes son sus Docentes? 2. ¿Dónde están ejerciendo sus profesionales?
Cada ciudadano puede y debe elegir su forma de aprender (Universitaria, técnica, dentro o fuera del país, etc.) pero tiene que elegir bien y hacer presión para que mejoren los niveles.
Si a esos espectadores que hoy día son alumnos, les enseñamos el ABC del lenguaje audiovisual, creo que podrán capacitarse a discreción y exigir que se les hable con el lenguaje cinematográfico más completo posible.
Entrevista:
Guillermo Chávez
Imágenes cortesía de:
Haydeé Chavero
Las «políticas» son un conjunto de criterios que provienen de especialistas en el tema, que apuntan hacia la excelencia en la consecución de temas muy precisos y en este caso, el tema incluye instrucción y docencia, a escala nacional y en todos sus campos.
El cine no sólo es sujeto de investigación artística. Su realización técnica sí.
La maravillosa complejidad del hecho cinematográfico lo dota de características técnicas, sociales, políticas, culturales, económicas, al alcance de todos, ¿verdad?…Cuando una persona llega a los 20 años de edad, ya tiene unos 16 o 17 años de «experiencia audiovisual». ¿Eso basta para hacer buen cine? No.
Pero lo necesario aquí es que su educación previa le haya permitido aprender a investigar con metodología, a leer y a escribir en su idioma natal con probidad y lo sensato sería, como hacen los franceses desde hace mucho, que hubiese un bachillerato audiovisual que nos permitiera alfabetizar a los espectadores desde su más temprana edad, para que luego y desde cualquier tipo de institución educativa, los docentes pudiéramos acelerar el proceso de aprendizaje e inducir al de especialización. Pero no es así y Ud. y yo lo sabemos.
No me preocupa tanto que existan más o menos «Escuelas de Cine» porque desde mi punto de vista, ese cineasta profesional que yo distingo, puede venir de otros campos. Allí están Rafael Marziano Tinoco, Arquitecto y Documentalista de probado talento, Oscar Lucién, sociólogo y documentalista de larga data, Carlos Oteyza, Historiador, Joaquín Cortez, etc. Señores que profesionalizaron el oficio de cineasta que han elegido, estudiando cine, desde su plataforma profesional y personal previa.
Necesitamos formar excelentes profesionales en cualquier área para que si además, deciden luego convertirse en cineastas, sean mejores. Y al revés: necesitamos que nuestros cineastas se formen con el mayor nivel de exigencia posible para que puedan abordar los campos temáticos que les esperan, fuera de cuadro.
Las Escuelas e Institutos que tenemos pueden y deben mejorar. ¿Podemos y debemos crear nuevas Escuelas de Cine, de Artes, de Comunicación, sin más? ¿Tenemos los docentes necesarios, la industria necesaria? ¿No podremos también exigir más, enseñar más, aprender más, tanto los docentes como los alumnos? Valdría la pena también pensar en ello, ¿no le parece?
Me preocupa más, por ejemplo, que el Estado no se ocupe de las Escuelas que ya existen, que cree Escuelas y Universidades como si fuesen carreteras – sitios de paso -, me preocupa que esa nueva Universidad de las Artes, por ejemplo, no tenga el menor nexo con Escuelas de Comunicación o Artes, como las nuestras en la UCV. Decía mi Padre que hay dos parámetros para evaluar con justicia una buena Universidad: 1. ¿Quiénes son sus Docentes? 2. ¿Dónde están ejerciendo sus profesionales?
Cada ciudadano puede y debe elegir su forma de aprender (Universitaria, técnica, dentro o fuera del país, etc.) pero tiene que elegir bien y hacer presión para que mejoren los niveles.
Si a esos espectadores que hoy día son alumnos, les enseñamos el ABC del lenguaje audiovisual, creo que podrán capacitarse a discreción y exigir que se les hable con el lenguaje cinematográfico más completo posible.
Entrevista:
Guillermo Chávez
Imágenes cortesía de:
Haydeé Chavero