MARTIN SCORSESE: «...estoy preocupado. Preocupado por el pasado del cine, sí, y muy preocupado por su futuro».

Discurso completo de Martin Scorsese, Premio Princesa de Asturias de las Artes.

Siento en este instante humildad y sobrecogimiento. Sé que es costumbre expresar tales emociones en estas circunstancias, pero créanme, siento humildad y sobrecogimiento. Especialmente por estar en compañía de los demás galardonados y, por supuesto, en compañía de los premiados anteriores. Y por pisar la tierra que nos dio a Cervantes, Goya, Unamuno, Picasso, Lorca y Luis Buñuel, uno de los más grandes artistas de la historia del cine. ¿Cómo podría no sentirme así? 
Este es un honor para el cine. Por tanto, acepto este premio en nombre del cine y con gran agradecimiento y gratitud hacia todos los artistas que me precedieron e hicieron posible el trabajo que yo he hecho. Porque no hay ni una sola película ni un solo cineasta que existan de forma aislada. Todos hemos estado inmersos en esta gran conversación continua, interrogándonos, respondiendo unos a otros y provocándonos mutuamente con nuestro trabajo a lo largo de distancias extraordinarias no solo en el espacio sino también en el tiempo. 
Lo notable del cine para mí es que siempre es el presente. Siempre es el ahora. Para mí, las películas de Buñuel están más vivas y son más actuales que el último mensaje de texto que recibes, si sabes cómo utilizar un teléfono móvil. Peter Bogdanovich ha dicho que no existe una película antigua: es simplemente una película que no has visto. 
Pero para mí lo más emocionante de estos tiempos es cuando veo una película de un cineasta joven o novel y me entusiasma o me veo transportado por lo que se llamaría un «gesto cinematográfico» de su creación. Podría ser una yuxtaposición de un plano a otro, podría ser una composición, podría ser un movimiento de cámara. Sé que me entusiasma porque me doy cuenta que el cineasta se sintió impulsado a hacerlo de ese modo. Tenían que contar esa historia particular con esas imágenes particulares. Eso es lo más precioso e inspirador para mí, porque así fue en mi caso: yo no podía descansar hasta que hice aquella película, de aquella manera. De lo contrario, simplemente no tiene sentido. 
Pero ahora, a los jóvenes cineastas, ¡qué tiempos les toca! ¡Cuántas oportunidades tienen! Pueden hacer una película con cualquier cosa. Todas las herramientas están ahí y son asequibles. Puedes hacer una película usando una de esas cámaras de teléfonos móviles. Cuando era más joven era bastante diferente. Lo mismo pasa con la historia del cine. La mayor parte de la historia cinematográfica de todo el mundo, de casi todas las décadas, es accesible en estos tiempos increíbles. No fue así en la década de los 50 del siglo pasado. Pero, a pesar de estas oportunidades, estoy preocupado. Preocupado por el pasado del cine, sí, y muy preocupado por su futuro. 
Me doy cuenta de que, en los aspectos prácticos de la sociedad, el arte es siempre tan frágil. Se critica, se margina y a menudo se trata como si no fuera esencial para la vida. Siempre hay alguien tratando de poner el arte y al artista en su sitio. «Es un lujo. Es una diversión». Pero el arte resiste. Y cuando todo vuelve a su cauce, el arte sigue allí, todavía en pie, todavía presente, al margen de las influencias y las modas populares. El arte con mayúsculas funciona al margen del contexto. La obra se mantiene por sí misma, sigue siendo el presente, y en última instancia, también la necesidad de crear obra nueva en respuesta a eso. 
Sin embargo, me preocupa el ambiente, el clima que rodea al cine hoy en día. Por un lado, tenemos ahora lo que siempre hemos tenido: el constante menosprecio y marginación del cine. O bien es solo escapismo, o, si merece la pena, es solo porque expone un problema, un mensaje. Por otro lado, dondequiera que mires hoy en día, las veinticuatro horas del día, las imágenes en movimiento inundan nuestras vidas. Sé que el cine en sí está compuesto de imágenes en movimiento, pero ahora el cine se ha convertido en sólo una corriente dentro de un enorme torrente de imágenes en movimiento: los anuncios, los episodios de una serie de TV, un vídeo de gatos o perros, vídeos didácticos, los reality shows, Lawrence de Arabia, reportajes y así sucesivamente. Todo se ha convertido en lo que llaman ahora «contenido», una palabra que realmente no me gusta. Y el debate serio sobre el cine, el juicio crítico –particularmente en mi país– se ha cortado de raíz. 
Ahora que el cine se está devaluando continuamente, y al mismo tiempo la tecnología permite que cualquiera «haga una película», ¿qué supone eso para los jóvenes? Es posible que necesiten expresarse en una película, pero ¿qué tipo de inspiración reciben? ¿Cuál será el resultado? ¿Se están erosionando los valores de nuestro mundo de tal forma que no podemos estar seguros de si están inspirados por el arte y por la verdad? ¿O simplemente por lo comercial? ¿A dónde van para conseguir esa valiosa inspiración? ¿Quién apoya el arte y a los artistas y, lo que es más importante, el impulso de crear arte que se vale por sí solo? ¿Cómo cambiamos este clima venenoso que nos rodea por uno en el que un joven artista pueda seguir la luz que lleva dentro, esa chispa, esa alma… su duende? 
Es de vital importancia mantener el arte en un lugar de honor y estima en nuestra cultura. Es aún más importante respetar la libertad de elección, pensamiento y acción que conduce a la creación del arte. Y darles a los jóvenes la confianza y la capacidad de trazar su propio camino en la vida para que sean capaces de no dejarse llevar por todas las consignas y los ganchos comerciales; para que puedan ver el camino que conduce a su propia luz interior. Y puede que eso lleve a la creación de arte con mayúsculas. 
Ahí es donde comienza la verdadera lucha; la lucha por el espíritu. Como en el Don Quijote de Cervantes. Por supuesto, él luchó contra los molinos de viento. Se ha dicho que los molinos de viento pueden haber representado la tecnología de su época. Así que, para preservar el espíritu, luchó contra esa tecnología. Y con esa imagen en mente, una de las grandes y duraderas imágenes de nuestra civilización, podemos encontrar la manera de conquistar nuestra propia tecnología para que los artistas puedan usar esa tecnología en lugar de al contrario, donde la tecnología utiliza al artista. 
Así que acepto este premio en nombre de la libertad y la revelación: la libertad de encontrar la tranquilidad y el enfoque para no dejarse llevar por todas esas categorías absurdas actuales, o por los juicios triviales, los sistemas de calificación y los pronunciamientos de moda, para poder llegar a ver todo el camino que conduce a la revelación de lo que no se puede nombrar, sino solo sentir y –para aquellos de nosotros que encontramos la gracia– expresar a través del arte.
Fuente/Autor:
Fundación Princesa
https://twitter.com/fpa/status/1053337837595230208

Medea suelta en Bobare


« ¡Oh, monstruo, la mujer a la que más odiamos
   yo y los dioses y toda la especie de los hombres,
   que a tus hijos osaste con la espada atacar
   siendo su propia madre y a mí así me matabas!
   Después de hacer tal cosa, tras acto tan perverso,
   ¿a la tierra y el sol te atreves a mirar?»
  Eurípides (Medea)

En medio de un calor más intenso que el usual, cierta tarde, llegué al Teatro del Sótano en donde realizaba los ensayos del grupo teatral. Hacíamos honor a lo experimental basándonos en algunas técnicas del brasilero Augusto Boal; deseaba inducir en el alumnado universitario una visión de la conexión ineludible y simbólica de algunos hechos noticiosos y el valor dramático contenido en su estructuración periodística. Dado que les pidiera para la clase de ese día llevar una nota de prensa con un relato inquietante, encontré a los puntuales participantes muy afectados en torno a una noticia de «sucesos».
—Es una Sayona… presa tiene que estar… 
—Tantas mujeres queriendo parir sin poder y viene esta… 
—¿Por qué no lo regaló si no lo quería? 
—¡Tiene que estar mal de la cabeza! 
—Es que el tipo la dejó por otra… 
Por lo que escuché, Medea andaba suelta en Bobare y el destierro la había hecho reincidente. Su marido se había ido con otra y a sabiendas de que el único nexo importante con este sujeto era esa criatura, fue aproximándose desde lo reverso del instinto materno y nada mas escuchó el llanto primero, agarró unas tijeras y lo silenció para siempre; quiso vengarse, dijo Ella, del daño que le había hecho el padre del niño al abandonarla. Comenté, ya en la clase, que la naturaleza humana en cuanto a su posibilidad de desequilibrio o descontrol ha sido la misma siempre. Cuando Eurípides nos legó Medea entregó un trozo de esa verdad y se convirtió en un clásico que lo percibimos en cualquier parte, en cualquier instante y nos sorprende que así vengamos desde siglos antes de Cristo. A un dramaturgo, mi amigo, Oswaldo Camacaro, alguna vez le escuché plantear, entre Directores de Teatro, un boceto de adaptación de Medea cuyo espacio dramático fuera un burdel del siglo XX: Medea, la Dueña Patrona y Jasón, cualquier paramilitar, cualquier Chapo; de inmediato se disparó el imaginario de ese colectivo y la mirada de los presentes en gesto goloso, casi delirante, hizo centro en esa tarde. 
Las adaptaciones son retadoras y constituyen recreaciones cuyo éxito consiste en atinar justo en la médula del argumento y su vigencia en tiempo y espacio; ya para teatro requiere de una condición sobre la cual se cierne un debate permanente: la fideli-dad. Y una adaptación para el cine exige la transformación de la palabra y de la acción ritual, en imagen y esa traducción al lenguaje cinematográfico constituya un guión en el cual se abandona el medio lingüístico para ser sustituido por el medio visual dando paso a una propuesta fílmica que incluye una fidelidad salvadora de la integridad del texto tal como se concibió. No obstante esta aspiración, lo que vemos a menudo es la Adaptación como respuesta a la necesidad de liberar lo creativo partiendo de un original y desde allí la génesis, en un medio diferente, de una obra con voz propia. 
Tantas veces hemos asistido a la proyección de alguna adaptación y los comentarios, ¿cuáles son, sobre todo si hay conocimiento del texto original? 
—¡La destrozaron… no es ni la sombra! 
Está bien… es fiel al espíritu del escritor 
—Le quitaron partes clave, pero no se quita que es una buena película. 
—¡Menos mal que le eliminaron ese final…! 
—¿Tú sabes…? En el original ella muere. 
Y vale mucho preguntarse: ¿es fiel la película a la letra o al espíritu de su fuente literaria? La respuesta está, quizá, en el supuesto de que el procesamiento de lo literario y lo fílmico vaya asistido en forma constante de esa premisa de fidelidad, quizá de la mano de su autor: Mario Puzo en El Padrino, Tennesse Williams en Un Tranvía llamado Deseo, Rómulo Gallegos con Doña Bárbara y La Trepadora, donde el autor va dando anuencia al proceso de transformación fiel, aunque en algunos casos percibamos, como en Medea, el sacrificio de la criatura. Pero una adaptación, tal como opera comúnmente en la realidad, incita a la libertad y mirando de reojo el apego a su forma y contenido, se cuestionará esa fidelidad aunque se busque, por cuanto están en juego tres espacios mentales muy subjetivos con lecturas de la historia bastante disímiles, rara vez coincidentes: 
a) La lectura del novelista o dramaturgo, fuente literaria 
b) La lectura del guionista, traductor para el lenguaje cinematográfico 
c) La lectura del cineasta, realizador de una película. 
Frente a la resolución de estos escenarios en la procura de un producto final llamado ADAPTACIÓN, surgirá siempre con nostalgia o con algún otro sentimiento menos noble la idea de la traición como un sesgo pro literario (observada más en el caso de clásicos universales) que competirá con otra postura muy común y generalizada en la cual se considera que los directores tienen toda la facultad para hacer uso libre y creativo de cuanto se haya escrito sin que tenga que ver el cumplimiento o la violación de ninguna norma para adaptación de textos, tomando en cuenta que las películas son buenas, no por la reverencia a ningún autor sino por la capacidad de recrear con calidad grandes historias.
No obstante, es fácil verlo desde la butaca. Pero, ¿qué razón opera en el guionista frente a este mar de contradicciones, cuando al estar en las profundidades deseando traer a la superficie de lo visual, cinematográfico, lo que fuera imaginado desde una perspectiva verbal? Experiencia compleja, más allá de tecnicismos, porque la vida actual es una gran Torre de Babel, descrita así por el escritor Gabriel García Márquez, saturada de medios de comunicación, de mega conciertos musicales, foros de Internet, llamadas en conferencia, transacciones virtuales, redes sociales, préstamos de contenidos y plagios consentidos, «covers», «remakes». Al parecer ya se ha inventado todo y no nos queda más que hacer uso del reciclaje y las adaptaciones sean la forma de volver a contar algo que nos inquiete como sociedad, como humanidad, haciéndole frente a la reproducción mecánica y a la comunicación electrónica en un panorama de repetición que no debería alarmarnos. Ya desde hace tiempo el concepto de los clásicos se internalizó en el mundo del arte para no irse más y desde allí la teoría de tipos, prototipos, arquetipos, estereotipos, no hace sino mostrarnos que la búsqueda de la condición humana, su angustia, sus perversiones, sus virtudes han sido siempre las mismas. Su deseo de gloria, su desazón ante la pérdida, su apasionamiento frente al objeto de deseo, su ambivalencia, su confusión, son parte integral de la condición humana. Miremos a nuestro alrededor y constataremos que todo está al alcance de nuestras manos para ser reutilizado, desde las más antiguas historias de tradición oral, porque pareciera que el destino de los humanos es repetir la historia y para cambiar el espacio, el tiempo, está el escritor adaptador, lo demás, el argumento, es el mismo, la misma trama hecha de hilos oscuros e hilos luminosos. 
Así, la experiencia para cualquier guionista estará en: 
1) Leer todo lo que se presente de la literatura universal, no sea que se tenga como un hallazgo la historia que protagoniza el señor de la esquina y se aliente la esperanza de una novedosa producción. Cualquiera sea la historia muy probablemente ya está escrita como mito, como novela, como cuento, como obra de teatro desde hace muchísimo tiempo. Es mejor y más honesto reconocer a quien se nos adelantó y le dio estructura literaria primero.
2) Desarrollar la capacidad de imaginar la futura obra en términos de imágenes y sonido, plasmándolas con descripciones detalladas y dándoles secuencia. A esto se denomina uso del lenguaje audiovisual en el cual se utiliza la palabra como un apoyo para tramar, narrar sucesos de tal forma que ocurra una transcripción de las imágenes sobre el denominado guión cuyo destino, jamás será el de ser leído en forma masiva. Un guion será asunto que lee un equipo de productores que desea un fruto audiovisual. 
3) Asumir en profundidad su trabajo de escritura; esto implica ver muchas producciones fílmicas desde una óptica crítica, reconocer el valor de la imagen visual y sonora así como obtener nociones básicas de montaje, de puesta en escena, de trabajo actoral, ya que este tipo de escritura exige pensar en forma sui géneris, para captar lo imprescindible del mensaje y enunciarlo con toda la precisión descriptiva propia de lo audiovisual. 
No es poco lo que nos queda por decir respecto a las adaptaciones y la escritura de guiones, sin embargo pudiéramos, como conclusión, agregar el que cada guión llega a ser una experiencia muy personal para quien lo escriba y la subjetividad junto a la intención de lo que se quiera extraer del original dará respuesta a una búsqueda en la que participan un conjunto de creativos, con múltiples opiniones y deseos, haciendo ardua la realización de un filme. Aun así la presencia del o de la guionista ha de sentirse por la claridad en sus ideas y sobre todo en tomar posición frente a sí mismo, los otros y el mundo, no sólo en un sentido ideológico, sino también en un ámbito ético y de compromiso ciudadano, quizá como la utopía, que al decir del cineasta argentino Fernando Birri, nos sirva para reconocer un camino y avanzar. Sin sorpresa aproximamos el final de esta entrega y queriendo ser originales, sin lograrlo, abandonamos el plató; una luz se cierra a nuestro paso, crujen las ventanas y un viento, al mover las hojas de los árboles, reproduce las notas de una canción de cuna al tiempo que se muestra un cielo bastante oscuro; comienza a llover copiosamente. Fieles a nuestro destino, nos cerramos el abrigo, nos calzamos el saludo (como Cortázar) y los guantes, abrimos el paraguas y a pasos agigantados desaparecemos raudos entre el torrente.
Autora: 
Francia Ortiz González

Nacida en Barquisimeto (1962),  actriz de teatro y cine. Docente teatral en las aéreas de actuación y expresión corpo-vocal. Dramaturga con acercamientos al guion cinematográfico. Ha participado en el trabajo de producción cinematográfica en cortometrajes y videos. Es directora del Taller Integral de Formacion Teatral de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado de Barquisimeto. Poeta con publicaciones en revistas y páginas literarias y los libros: Cuentos Cortos (1987), La que va conmigo (2007) y El árbol que espera (sin publicar). Es licenciada en Administración Comercial (1995) con una maestría en docencia universitaria (2005) y diplomado en animación sociocultural (2007). Es facilitadora desde el 2002 del Taller Libre de Yoga de la UCLA.

Habla McGuffin es escrito por Francia Ortiz. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

A Hard Day`s Night


A Hard Day`s Night. Distribuidora: United Artists; director: Richard Lester; productor: Walter Shenson; guion: Alun Owen; actores: The Beatles —John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr—; música: The Beatles, George Martin; género: comedia/musical; país: Reino Unido; duración 87 min; año: 1964. 
Los Beatles están teniendo un día duro, no solo deben cumplir con una extensa gira de conciertos sino lidiar con un grupo de fans que los acosan en todo momento y para colmo tienen que cuidar al excéntrico abuelo de Paul. Será el día y la noche más larga de Paul, John, George y Ringo: los Beatles. 
En su primera travesura cinematográfica los Beatles nos demuestran lo que fue su época, sus inicios y su gran éxito. En medio de sus canciones y muchos gag de comedia, la película de Richard Lester nos muestra el fenómeno de masas que fue el grupo de rock más famoso de todos los tiempos, no solo es una joya para los amantes del rock sino también una joya desde el punto de vista cinematográfico; considerada por la revista Time entre las 100 mejores películas (ver lista)
Por supuesto, la música es la principal protagonista, de hecho, se dice que la película fue una excusa de United Artists para poder grabar un disco con temas de los Beatles.
El principio del filme lo dice todo: los cuatro de Liverpool corriendo por la calle siendo perseguidos por un montón de fans al son de A Hard Day`s Night es una de las secuencias más particulares realizadas en el cine, el espectador siendo fanático de los Beatles o no quedará enganchado, después de todo es una locura, con mucha música, mucha comedia y la presencia de los Beatles en el comienzo de su legendaria carrera. 



Los Beatles completaron su carrera cinematográfica con 4 películas más, después de ésta vendría Help! hecha ya en colores y con una trama más disparatada, Magical Mistery Tour, tal vez su único bajón ya que se trato de un filme prácticamente carente de guion; la maravillosa Yellow Submarine, una fantasía de dibujos animados cargada de mas música y mucho contenido visual; y Let it be documental que narra los últimos momentos del grupo.
Existe un álbum recopilatorio de los Beatles, llamado Reel Music (ver imagen), el cual es una compilación de lo mejor de los temas musicales de sus películas. La caratula muestra al cuarteto frente a un cine donde se presentan todas sus películas, ya solo la caratula es para mí una joya; que decir de todo lo demás.
Autor: 
LUIS STEELHEART 

Licenciado en Administración de Empresas. Ha participado en diferentes actividades de cine-foro principalmente en el Cine Club Charles Chaplin y en la Biblioteca Pública Pio Tamayo, además de realizar colaboraciones en diferentes actividades de cine en los lugares antes mencionados y otras instituciones como la Universidad Simón Rodríguez, el CIECA, la UPEL y el Liceo Lisandro Alvarado. Steelheart es un cinéfilo y coleccionista de artículos relacionados con el cine. 

Fuente/Autor:
Movieclips Classic Trailers
https://www.youtube.com/watch?v=Pbg8T9r1DiQ

El cine de mi colección es escrito por Luis Steelheart. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

Sergio Monsalve: «Se están haciendo unas películas que son "brutales", "brutales", en Venezuela»


Impresiones del crítico de cine Sergio Monsalve sobre el Festival de Cine Venezolano 2018. «Que hayan seis películas o siete películas de calidad en medio de una muestra de cine venezolano del año es una cosa inverosímil» apuntó de manera positiva Monsalve en este vídeo. 
Fuente/Autor:
Sergio Monsalve
https://www.facebook.com/sergio.monsalve.779/videos/10156484731366214/?fref=mentions

La oreja tomada


«No basta con oír la música; además hay que verla».
Ígor Stravinski

La esforzada Tere Velázquez, alumna de teatro, repetía casi en automático: «Estoy despertando mis músculos para revivirlos y servirme de ellos», apostando toda su energía en rutinas de movimientos casi siempre inacabadas. Durante la instrucción de la Cátedra de Expresión Corporal, entre universitarios, me había tocado inducir la valoración del sonido y su significado en el contexto espacial donde hace eco; a través de la vivencia de algún ejercicio rítmico-musical, esta alumna me confesó el que no se hubiera percatado antes del efecto de la música en su emocionalidad. 
Y como una revelación pasó a explicarse entonces, el por qué de la pesarosa e inaguantable rutina que representaba la clase de Matemática Financiera: y es que en el transporte que la movilizaba justo a la primera hora de la mañana, cuando tenía pautada la asignatura en cuestión, invariablemente sonaba vallenato parejo y acto seguido, ya en el salón de clases, la matemática profesora, de voz agudamente gangosa, perpetraba un contenido mas… ¿Podría este cuadro generar algún interés simple o compuesto? ¿Partía de allí su gran desaliento? ¿Peligraba?... Una trama de invasión a través del sentido del oído se urdía: «La Oreja Tomada» habría llamado a este thriller (pidiendo la venia de Julio Cortázar). Así nuestra protagonista, luego de detectar al elemento audio-invasor, habló del diseño de un plan para desplegar su defensa (fechas focales, réditos vencidos y plazos traicioneros estarían por develarse, pero en otras voces). Al momento, misteriosamente, vía WhatsApp, llegaba melodiosa y con acento conocido: «voy a hacer su casa en el aire, para que no la moleste nadie…» acordeón mediante y casi espeluznante… La fase de Resistencia estaba en marcha. Le deseé suerte y le sugerí que propusiera en el cineclub algunas películas: Alien, La Guerra del Opio o El Último Mohicano y agregué: ─Dile a Pancho Pérez… Él, además, les hace el foro─, esto quizá mostrándole el camino hacia la última defensa. 
Y en verdad, resulta buen tema para el debate. El balance entre sonido y silencio, una suerte de «paz» que determina la comprensión al comunicarnos. El sonido para la voz, el silencio para el gesto. El sonido por el hablante, el silencio por la escucha. Sin embargo, el uso de los recursos para la realización en el cine pareciera que olvida por capítulos esta verdad y privilegia por mucho el sentido de la vista y nos cuestionamos un ritmo que se nos hace patente en cada movimiento de la cámara, en los desplazamientos de los actores y más. Es lógico; el cine mudo alimentó nuestra necesidad de proyección justamente en la imagen visual tímidamente apoyada por la música incidental a veces, o sabiamente integrada en la estructura como nos lo mostró el gran Charles Chaplin. No obstante, lo visual alcanza su magnificencia cinematográfica cuando se incorpora el sonido en su más amplia expresión e intención. Durante las primeras décadas del siglo XX se realiza esa performance que ya no podemos eludir y naturalmente le asumimos porque así, lo visto en pantalla, se nos parece un poco más a la vida real. Quizá no nos demos cuenta, pero nuestros oídos, más que nuestros ojos nos dan la necesaria información para estremecernos, intrigarnos y disparar series de imágenes en nuestra mente que es lo que hace bastante divertido al cine y le confiere qualitas de arte. 
En producción fílmica, quienes atienden de manera pormenorizada el aspecto auditivo, al exponer el asunto, hablan de «diseño sonoro» desde una concepción técnica que cubre diferentes planos o ámbitos en la búsqueda de la emocionalidad y el ritmo que ha de acompañar a la imagen. Otra concepción, pudiera llamarse innovadora, es la denominada «Phonurgia» que constituye una «perspectiva sonora del cine» desde la cual, su exponente, la cineasta argentina Lucrecia Martel, nos invita a partir de los sonidos antes que de lo visual, superando el esquema impuesto por la industria. De esta forma se explora sobre una emocionalidad que alimentará y dará paso, a través de lo sensitivo, a la creación de los guiones y de estos a la realización cinematográfica, que estaría determinada fundamentalmente por la sonoridad en la que estemos inmersos. Y es que cuando acudimos como espectadores a las salas de cine y disfrutamos de una película, alguna vez hemos creído que sólo la imagen nos atrapa, pero sin un sonido debidamente orquestado, la majestuosidad que le asignamos a la imagen se vería muy cuestionada. Según esta autora-directora nuestro esquema de pensamiento está muy organizado con una idea de tiempo que a su juicio es visual y cuando ponemos en actividad consciente el sentido del oído, lo que se debilita es la idea de causa-consecuencia en la estructura narrativa tradicional, porque la ampliación hacia la sensibilidad desde allí (desde el oído) empuja hacia otro paradigma temporal, delineando los aportes intangibles que luego serán traducidos y materializados en una producción fílmica ajena a esquemas hegemónicos, que por demás estará más cerca de creaciones con identidad propia, originales y alejadas de las recetas. 
Es difícil imaginar películas muy reconocidas sin que las nutriera una buena banda sonora, y es difícil también el suponer un filme bien planteado sin la cantidad de efectos sonoros provenientes del entorno dramático de sus personajes. La música, así como los diferentes matices en las voces, la calidad de los sonidos naturales o producidos por la fabricación humana, surten efecto en quien escucha, pero mucho más en quien observa atentamente; por eso es importante elevar la calidad de las producciones brindándole al aspecto sonoro el peso que abarque nuestra capacidad para hacer buen uso de los oídos junto a nuestra necesidad de ser escuchados, mas aun si se trata de la producción de un filme: efectos, diálogos, monólogos, música incidental, música estructural, música accidental y por supuesto el bendito silencio entre uno y otra indicarán el camino cierto hacia la plenitud comunicante que cautive al público espectador. Para el guionista implica proponer con lujo de detalles, traduciendo y describiendo en lenguaje cinematográfico cada escena, no sólo en la acción esencial, sino también en el sonido esencial, despertando aquello que es necesario para la máxima comprensión de la historia, así como el descubrimiento de la naturaleza de los personajes y sus circunstancias. Para el director este guion ha de ser la luz que le conduzca a una buena producción. 
Hasta aquí sonamos y desde esta ventana batiente y de apertura interior, esperamos haber develado intrigas y peripecias, tan claramente, que al hacer mutis, vibrantes susurros tengan eco en la mente de lectoras y lectores. ¡Bye, bye! 
Autora: 
Francia Ortiz González

Nacida en Barquisimeto (1962),  actriz de teatro y cine. Docente teatral en las aéreas de actuación y expresión corpo-vocal. Dramaturga con acercamientos al guion cinematográfico. Ha participado en el trabajo de producción cinematográfica en cortometrajes y videos. Es directora del Taller Integral de Formacion Teatral de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado de Barquisimeto. Poeta con publicaciones en revistas y páginas literarias y los libros: Cuentos Cortos (1987), La que va conmigo (2007) y El árbol que espera (sin publicar). Es licenciada en Administración Comercial (1995) con una maestría en docencia universitaria (2005) y diplomado en animación sociocultural (2007). Es facilitadora desde el 2002 del Taller Libre de Yoga de la UCLA.

Habla McGuffin es escrito por Francia Ortiz. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

¡Y el patrimonio cultural que se lo coma un tigre!


En estos momentos cuando la mayoría de los venezolanos solo piensa en resolver su día a día, por la situación económica que nos golpea, se hace casi imposible luchar por otros intereses que no sean comida y medicinas. Y lamentablemente, son estos los momentos que aprovechan las personas sin escrúpulos para accionar de manera ruin. A la vista de todos ocurren cosas detestables, inmorales e ilegales sin que podamos tomar acción porque la situación nos empuja primeramente a atender nuestras necesidades fundamentales. Tal es el caso, muy particular, cuando se atenta contra el patrimonio cultural. 
En Barquisimeto, Venezuela, entre tantos bienes que la sociedad valora está el Cine Rialto y el Cineclub Charles Chaplin, ambos parte importante de la historia del cine larense y venezolano. Desde hace algún tiempo estos patrimonios de la cultura y el cine regional corren el riesgo de desaparecer completamente; el Rialto, por la intención de los dueños de demolerlo a pesar de una orden de paralización emitida por el Instituto de Patrimonio Cultural IPC; y el Chaplin, por la acción mezquina de no permitírsele la continuación de su actividad cultural por parte de la administración del colegio profesional donde el cineclub funcionó por más de 40 años. Ambos casos son noticia vieja y la sociedad barquisimetana ha venido, de alguna manera, luchando por revertir esta situación sin mayores logros. Actualmente, del Rialto prácticamente solo queda la fachada y del Chaplin, al parecer, solo quedará el nombre. Como verán queda muy poco para pensar que estos dos espacios vuelvan a ser lo que fueron en sus momentos de mayor esplendor. 
Escribo este artículo para motivar la reflexión sobre la importancia y permanencia del arte y la cultura en la existencia de los seres humanos. Llegarán mejores tiempos para los venezolanos, dejaremos de sobrevivir para dedicarnos a producir, mejorará nuestra actitud ante la vida, ganaremos masa corporal pero inexorablemente, habremos perdido una parte de nuestra humanidad.
Autor:
Guillermo Chávez

Fuera de foco es escrito por Guillermo Chávez. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

«El Avispón Verde» llega al cineclub


Luego de transitar por uno de los momentos más tristes de mi vida por la partida física de Juan Arcadio, mi padre, en octubre del año 98, y al hacerme cargo de esta gran empresa cultural que era el cineclub, fue cuando sin lugar a dudas conseguí uno de los mejores trabajos que he tenido a lo largo de mis 52 años, por ser este el que más satisfacciones personales y profesionales me ha aportado hasta el momento. Gracias al cineclub he conseguido cosechar las mejores y las más sinceras amistades, donde me he desarrollado como un profesional en el área de la difusión cinematográfica y donde he logrado el reconocimiento de mis compañeros de la comunidad del cine en Venezuela. 
Este, sin lugar a dudas, es el sitio donde mejor me he sentido y desempeñado como pez en el agua, bueno, dicen que hijo de gato caza ratón; y es verdad. Como todo en la vida, con momentos altos pero igualmente con otros momentos muy bajos de contrapeso, sin embargo, creo que hemos sabido sortear todos los obstáculos y limitaciones para poder seguir adelante y sobrevivir sobre todo ahora durante la crisis. 
Tiempos gloriosos y pletóricos, momentos únicos e irrepetibles viví en estos casi 20 años con gente del cine venezolano tanto en el Auditorio Ramiro Montesinos del Colegio de Abogados como en diversos espacios públicos del estado Lara que visité acompañado de buenos amigos que me ayudaron y contribuyeron para que en este recorrido capitaneando esta nave llamada Cineclub Charles Chaplin fuera bello, productivo y hermoso, sin lugar a dudas. 
No puedo negar, que retomar una actividad de promoción y difusión cinematográfica tan importante, la cual estaba casi en el olvido para ese entonces y a punto de desaparecer luego de la partida de mi padre, no fue nada fácil, más bien cuesta arriba y duro. Reconozco que me tocó aprender muchas cosas en la práctica que conocía en teoría por enseñanzas de Juan Arcadio. 
Desde comienzos de 1999 tuve que volver a hacer contactos en Caracas con instituciones públicas y privadas muy importantes del acontecer cinematográfico como lo son: la Cinemateca Nacional de Venezuela, en su época, bajo la presidencia del cineasta Jacobo Penzo y luego Jorge Guerrero; las distintas embajadas europeas y latinoamericanas acreditadas en el país: Francia, España, Alemania (Asociación Cultural Humboldt, Instituto Goethe de Caracas), Argentina, Colombia, entre otras; incluso con el Departamento de Cine del Ateneo de Caracas, el cual estaba pasando por su mejor momento bajo la dirección de mi buen amigo y colega Bernardo Rotundo; con el hoy desaparecido Consejo Nacional de la Cultura-CONAC del Ministerio de la Cultura cuando el Arquitecto Farruco Sexto fue ministro. Fue allí donde conocí al amigo Juan Carlos Lossada quien para ese entonces estaba al frente de la Dirección de Cine y Fotografía del CONAC, el cual tenía sus oficinas en las torres de El Silencio. 
En Barquisimeto, uno de los primeros que me acompañó, colaboró, y asesoró fue el editor de este blog, mi amigo del alma Guillermo Chávez, quien para la época era un entusiasta realizador larense que ya despuntaba por su talento. Recuerdo como si fuera ayer, un buen día me contactó para contarme que tenía un documental y otros videos y deseaba exhibirlos en la sala.  


Desde ese momento nos convertimos en muy buenos amigos y Guillermo poco a poco fue integrándose a distintas labores y tareas en el Chaplin. Primero, colaboró en la promoción en medios así como sugiriendo ideas de filmes para la grilla de programación mensual. Luego nos apoyó con el transporte para buscar los voluminosos sacos de películas, hacer gira por los medios y llevar y traer invitados especiales en su Dodge Aspen verde del 79 que jocosamente conocíamos como «El Avispón Verde»
No recuerdo haber tenido mejor compañía para esos años frente al cine club, como la de Guillermo, por su paciencia, por su humildad, por su trato educado, dócil, cordial y sobre todo por soportarme. Fue una bendición para mi haberlo encontrado en el momento justo, un ser humano especial sensible por el cine que puso su «granote» de arena para el desarrollo y relanzamiento del cineclub. Además, fue siempre una persona que desinteresadamente ayudó aportando buenas ideas, sugerencias y consejos de los cuales aprendí mucho. Su deseo de hacer cosas me llevó a trabajar con él en la producción de varios audiovisuales. Juntos realizamos un video documental sobre la vida de mi padre y posteriormente, con mucho esfuerzo realizamos Tres décadas, Dos Generaciones y una Pasión por el Cine, documental que representa mucho para mí y por lo tanto valoro enormemente. Igualmente, realizamos una serie de entrevistas en video a distintos cineastas que visitaron el Chaplin y que quedaron registradas para la historia del cineclub y cine larense. De verdad, que la pase muy bien acompañado de Guillermo, fueron los años dorados, y los extraño con nostalgia. 
Fueron años maravillosos, exitosos, en los cuales todo fluía muy bien, donde las metas propuestas casi siempre se alcanzaban, donde se elevó considerablemente la asistencia del público al cineclub y fue la época en la que el Ministerio de la Cultura, el antiguo CONAC y luego el CNAC nos apoyó mucho gracias a sus mecanismos de financiamiento de proyectos para salas comunitarias y cine clubes; y por demás, donde el dinero aportado rendía. 
Cabe destacar que entre los años 2003 y 2008 Guillermo y yo, con tesón, organizamos muchos eventos cinematográficos - los primeros bajo mi batuta- como fueron los célebres y recordados festivales de cine francés y español, los ciclos de cine nacional, estrenos de documentales y cortos nacionales y larenses, entre otros. Guillermo montaba las cuñas promocionales de estos festivales para verlas en la pantalla del cineclub y para su difusión a través de la televisión regional. Y gracias a todo ese esfuerzo fueron eventos exitosos y nos dieron profundas satisfacciones sin lugar a dudas. 
Así como la llegada del «Avispón Verde» con Guillermo representó un momento destacado dentro de la historia del Cineclub Charles Chaplin, también llegaron otras personas que dieron vida al cineclub por más de 40 años. En una próxima entrega les seguiré contando parte de mis experiencias y hablando sobre todas esas personalidades, pero por sobre todo grandes amigos, que nos han ayudado con su sensibilidad a mantener el Chaplin abierto y activo durante los últimos 20 años.
Autor:
JUAN LUIS RODRÍGUEZ


Comunicador Social graduado en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Investigador de la historia y evolución  del cine en el estado Lara. Difusor y exhibidor cinematográfico del filmes de interés artístico y cultural. Investigador de la historia y evolución  del cine en el estado Lara. Director presidente del Cineclub Charles Chaplin, sala alternativa del Colegio de Abogados del Estado Lara. Instructor de cursos y talleres de Lenguaje Cinematográfico.

La Mirada de HAL es un espacio de opinión sobre cine. El blog de Iribarren, como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, ofrece este medio para el planteamiento y la discusión de ideas con relación al séptimo arte. Sin embargo, las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad únicamente del autor. 

Al filo de la realidad


Al filo de la realidad (The Twilight Zone: The Movie). Productora: Warner Bros. Pictures; directores: Steven Spielberg, John Landis, Joe Dante, George Miller; productor: Steven Spielberg; música: Jerry Goldsmith; actores: Dan Aykroyd, Albert Brooks, Vic Morrow, John lithgow, Donna Dixon; género: ciencia-ficcion-terror; país: Estados Unidos; año: 1983; duración: 120 min. 
Cuatro historias asombrosas que nos llevan más allá de la imaginación pero también más allá de nuestra propia reflexión: 
1. Un vendedor de electrónica racista hará un viaje fantástico cuando sea trasladado a la  
    segunda guerra mundial, Vietnam y a las tierras del Ku Kux Klan. 
2. Un viejo personaje le dará a los habitantes de un olvidado asilo el regalo de sus vidas. 
3. Una bella maestra tendrá el encuentro más fantástico con un misterioso niño y sus curiosos familiares. 
4. Un nervioso pasajero de un avión comercial tendrá muchos más motivos para volverse loco que el simple miedo a volar. 
Basada en la clásica serie de televisión Dimensión Desconocida creada por Rod Serling, este filme recopila cuatro historias que nos llevan a traspasar nuestra imaginación. Cada relato está dirigido por un cineasta diferente a modo de cuatro cortos unidos solo por la narración acostumbrada que nos introduce a las historias. 
Aún cuando los relatos llevan al espectador a los extremos de la fantasía también tienen algo de reflexión como la mayoría de las historias de la serie hecha en los 60 y que luego tuvo una excelente reboot en los años 80, de hecho, Spielberg creó su propia serie de historias asombrosas con gran éxito, incluyendo su película. 
La película comienza con una especie de introducción donde dos personajes viajan por carretera tranquilos hasta que uno de ellos (Dan Aykroyd) de dice al otro: “¿quieres ver algo escalofriante?”. Aquí, con el tema original de la serie, comienza lo que será un viaje sin regreso a la fantasía. 



La primera historia, y yo creo que la mejor, es acerca de un hombre racista que recibe una cucharada de su propia medicina al vivir repentinamente lo terrible de la segregación al ser confundido por un judío por los nazis, por un vietnamita «Charlie» en plena selva, y por un afroamericano por el Ku Klux Klan; realmente algo magnífico y a la vez reflexivo. 
La segunda historia es de un señor que les da el regalo de una segunda juventud a los habitantes de un asilo. Ellos reflexionaran acerca de si vale la pena esta nueva etapa de sus vidas. Una hermosa historia acerca de la juventud y la vejez. 
La tercera historia, y tal vez la más loca, es de un niño que tiene el poder absoluto sobre todo menos su propia felicidad. El niño aborda y casi retiene a una bella maestra, la cual lleva a su casa donde ella verá que todo es posible menos obligar a la gente que te quiera. 
La cuarta historia nos coloca en la situación de un pasajero demasiado nervioso llevado al límite. Cuando la cosa era calmarse y disfrutar del viaje aéreo el protagonista descubre un terrible ser que quiere destruir el avión en pleno vuelo y que debido al estado nervioso en que se encuentra el pasajero, nadie le cree. Esta situación lo obliga a resolver el problema por sus propias manos; un espectacular final para una fantástica película. 
Y finalmente, el epílogo de esta película no puede ser más que genial.
Autor: 
LUIS STEELHEART 

Licenciado en Administración de Empresas. Ha participado en diferentes actividades de cine-foro principalmente en el Cine Club Charles Chaplin y en la Biblioteca Pública Pio Tamayo, además de realizar colaboraciones en diferentes actividades de cine en los lugares antes mencionados y otras instituciones como la Universidad Simón Rodríguez, el CIECA, la UPEL y el Liceo Lisandro Alvarado. Steelheart es un cinéfilo y coleccionista de artículos relacionados con el cine. 

Fuente/Autor:
Frank Road
https://www.youtube.com/watch?v=-s3hp5O9AsI

El cine de mi colección es escrito por Luis Steelheart. El blog de Iribarren publica este espacio como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, sin embargo, las opiniones emitidas en él son responsabilidad únicamente del autor.

Diego Rísquez, una pincelada imborrable en el cine venezolano



Diego Rísquez Cupello fue un director de cine venezolano. Comenzó y posteriormente abandonó las carreras de Derecho, Sociología y Comunicación Social. Es en esta etapa de estudiante universitario que Rísquez ubica el inicio de su vida artística. Específicamente en 1971, cuando participó en el montaje de una versión satírica de Hamlet, dirigida por el profesor Antonio Oliveri para el teatro universitario. Poco después asistió a clases de actuación con Levy Rossell e hizo teatro de calle sin diálogos con el grupo Tiempo Común de Hugo Márquez. Estas experiencias se prolongaron por dos años. A lo largo de ese tiempo Rísquez trabajó en obras como Bodas de Sangre y Los Mendigos, y consideró dedicarse definitivamente a la actuación. 
En 1971 se reunió con sus compañeros de la Universidad Católica: Carlos Oteyza, Alberto D'Enjoy y Gonzalo Ungaro y juntos formaron el colectivo Grupo Semilla que asumió la práctica cinematográfica en reacción al predominio de clases teóricas en la Escuela de Comunicación Social. 
El conjunto de la producción y las actividades de difusión del cine súper 8 que tuvo lugar entre la segunda mitad de los años 70 y fines de los años 80 fue plataforma para la labor cinematográfica de Rísquez desde sus fases iniciales. 
En paralelo al desarrollo de su filmografía y al ejercicio de su oficio de director de arte Rísquez se involucró en actividades gremiales. De tal manera que en el año 2001 fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Autores Cinematográficos (ANAC). En este cargo se desempeñó durante tres años. Al frente de la ANAC colaboró con la reforma del Reglamento de la Ley de Cinematografía Nacional vigente, y en el diseño del Anteproyecto de Reforma Parcial de la Ley de Cinematografía Nacional que fue aprobado en primera discusión durante el año 2004. 
Fuente/Autor: 
Wikipedia 
con cambios en el texto original bajo licencia Creative Commons
Claves del documental de Atahualpa Lichy. Extracto Diego Risquez 1980.