El peor baño de Escocia


Han pasado 20 años desde que el talentoso Danny Boyle lanzó su segundo largometraje, «Trainspotting», probablemente su obra más aclamada. Durante años me he propuesto  analizar cuidadosamente este filme y, cada vez, algo más interesante se revela. Es una obra de arte bien estructurada, con un guion excelente y una fotografía estupenda. Por ello, no he encontrado una escena tan perfectamente realizada; un conjuro de juego entre imagen y sonido, como la magnífica «El peor baño de Escocia».

Un estudiante de cine debe tener presente que el trabajo audiovisual sin diálogo, puramente expresivo a través de la imagen y el sonido, es todo un reto. Esto se logra sin ignorar los diversos aspectos que lo caracterizan y le dan el sentido adecuado. En el caso de Trainspotting y su escena emblemática, esta cumple con los requerimientos mencionados. El aspecto filosófico es, a mi juicio, el más trascendental. La escena, de principio a fin, es un símbolo de la vida de un personaje adicto a la heroína. Es increíble cómo se pueden expresar sentimientos a través de imágenes. «El peor baño de Escocia» es, probablemente, un lugar que muchos podrían asquear y aborrecer, pero en esta escena Boyle pretende mostrar al espectador que no es más que un reflejo de nuestra propia vida, aunque la odiemos por su aspecto externo. ¿Y acaso no es eso lo que siente el protagonista? Cito al gran Hugo Münsterberg: «El cine es una fábrica de emociones», y he aquí la prueba más contundente en este filme: la remoción de las diferentes emociones en el espectador. De eso se trata el cine, bien lo dijo Eisenstein: «debe ser la marea de sentimientos encontrados».

Aunque aún nos queda mucho por descubrir de esta cinta, Boyle nos prepara para su segunda parte a finales de 2016, dos décadas después. Seguro será un montaje estupendo con muchos acertijos y símbolos recónditos esperando ser descubiertos. Pero aun así sería un pecado olvidar que «El peor baño de Escocia» existe, y que es el mejor del mundo.


Autora: 
LAURA GONZÁLEZ 

Escritora novel de literatura fantástica, ficción y romance. Estudiante de cine, amante de la música diversa e ingeniera civil.


La Mirada de HAL es un espacio de opinión sobre cine. El blog de Iribarren, como una contribución al desarrollo de la cultura cinematográfica, ofrece este medio para el planteamiento y la discusión de ideas con relación al séptimo arte. Sin embargo, las opiniones emitidas en este espacio son responsabilidad únicamente del autor.